Piden cárcel a un ganadero de Guntín por matar 152 reses con eutanásicos

El fiscal alega que pretendía "vengarse" de sus socios de la cooperativa y el acusado lo niega

Un ganadero de Guntín podría acabar en prisión por maltrato animal tras ser acusado de acabar con la vida de al menos 152 vacas y terneros administrándoles un eutanásico. El ministerio fiscal, que solicita una condena de tres años de prisión, mantiene que el hombre pretendía "vengarse" de sus socios de la cooperativa e ideó un plan para matar a los animales.

El acusado, sin embargo, declaró este martes en el Penal número 1 de Lugo que nunca le administró a las reses ningún medicamento sin prescripción veterinaria y negó cualquier intento de boicot a sus compañeros. "Nunca compré ningún eutanásico, y si se lo administré a los animales fue sin saberlo y porque me mandaron", dijo.

El ministerio público explicó que la cooperativa agraria de transformación fue fundada en el año 2003 por el acusado -con iniciales D.A.A.L.- y otros tres socios. Los cuatro hombres participaban a partes iguales en la propiedad de la explotación, sita en Alvarín, que estaba destinada a la producción de leche procedente de unas 240 cabezas de ganado de raza frisona.

Todos ellos trabajaban en la granja y tenían repartidas las funciones. Así, el acusado actuaba como secretario y era el encargado del aspecto sanitario de la explotación, por lo que controlaba el botiquín y se encargaba de las relaciones con los veterinarios. El hombre explicó que no atendía estos aspectos "en exclusiva" y que los otros socios también adquirían medicamentos a menudo.

Según la versión de la acusación, poco después de poner en marcha la cooperativa, el acusado empezó a sentirse "discriminado" por sus compañeros, a consecuencia del reparto de tareas, "por lo que ideó un plan para perjudicar los intereses de la cooperativa y vengarse de sus socios".

Como parte de este plan, en el año 2005, durante la noche y sin encender las luces del establo, derramó de forma reiterada parte de la leche almacenada en el tanque refrigerado, causando unas pérdidas que la cooperativa cifra en 36.271 euros. Los otros socios instalaron cámaras con infrarrojos y pillaron al hombre.

El acusado declaró en el juicio que solo derramaba la leche cuando las vacas habían recibido antibiótico, ya que no podían mandarla a fábrica porque los penalizaban. Sus socios, sin embargo, explicaron que marcaban las reses que recibían ese tipo de medicamento para que su leche ya no fuera al tanque refrigerado.

El fiscal explica además que por la presencia en la leche de los antibióticos que el acusado suministraba a los animales, la cooperativa sufrió descuentos en el precio por unos 9.000 euros.

La acusación mantiene además que el hombre suministró a los animales entre los años 2007 y 2009 un eutanásico que provocó la muerte de 94 reses adultas y 58 terneros, causando unas pérdidas de 144.480 euros. También les dio un fármaco cuya función consiste en provocar el celo de las vacas, pero si están preñadas causa abortos.

Finalmente, en el año 2009, el ganadero echó agua en el depósito de combustible de un tractor, cortó el plástico de los silos y dañó otros útiles. El hombre negó todos los hechos en el juicio, que quedó visto para sentencia.

Comentarios