VIERNES

Los campamentos y la calle ya huelen a fiesta

El Carril dos Fornos concentra la mayor actividad de recreación de la vida romana y castrexa, aunque también hay fortines en la Praza Maior, el entorno de la antigua cárcel y Horta do Seminario

SI JÚPITER es benévolo, la Castra exhibirá que el Arde Lucus goza de buena salud. El campamento de campamentos de Carril dos Fornos incorpora asociaciones de recreación histórica, ofrece más actividades y luce nuevas construcciones, que permiten a lucenses y visitantes documentarse visualmente sobre cómo vivían romanos y celtas.

Durante la visita, por ejemplo, al campamento de Caetra Lucensium se ejercitan los sentidos y se muestran antiguos oficios. El buen olor del thermopolium, que recrea un establecimiento al que acudía el pueblo a ingerir alimentos calientes a precios asequibles, contrasta con el hedor de las letrinas —la asociación recurrió durante semanas a pescado podrido para conseguir esa fetidez—. El triclinium reproduce un comedor con tres lechos para cenar recostado.

Los miembros de Caetra acuden a otras fiestas de recreación histórica. De la comparación sale mejor parado el Arde Lucus porque, según destaca el presidente de esta asociación, Teo García, la lucense es una celebración "imparable" que "cada ano vai a máis" debido "sobre todo a participación de toda a cidade".

A pocos metros está el campamento de Terra Copora. A un lado, una cabaña celta con cocina, molino de pan, torno de alfarería, cerámica y pieles. Al otro, el valetudinarium, un hospital militar. "No había Seguridad Social, la gran medicina era la militar. El pueblo se tenía que conformar con remedios caseros", explica uno de los asociados.

Los animales mandan en el campamento de Lucus Equites. A la entrada cuatro porcos celtas. Bajo una recreación de las puertas de la muralla romana cinco caballos esperan a que los más pequeños los monten. Además, podrán darse una vuelta en una biga para sentirse por unos minutos como Ben Hur.

Pero no solo se acampa en el Carril dos Fornos. Las plazas Maior, A Constitución y Horta do Seminario vuelven a acoger fortines y la sede del Senado. Este está frente a la estación de autobuses y este año incorpora una vistosa entrada de columnas. En la parte delantera está la zona pública, donde los visitantes pueden obtener un salvoconducto. Hacia atrás es la zona privada, donde senadores y amigos cenarán y harán vida durante los próximos días.

Al otro lado de la calle está el fortín de Trebas Galaicas, con un ariete romano a las puertas y un gerrero galaico dentro. En el interior también se puede ver una cabaña y reproducciones de petroglifos de Lugo, Pontevedra y Sarria realizados por los miembros de la asociación y que los niños pueden calcar. Además, hay algún puesto de artesanía y se pueden comprar complementos para la fiesta realizados por la asociación para sacar algo de dinero, como espadas desde 15 euros y torques desde 30.

En Horta do Seminario, los Mercenarios Galaicos muestran otro fortín, donde hay talleres y juegos para niños y esta noche invitan a queimada, y en la Praza Maior, la fortificación de la Cohors es de nuevo el foco de atracción.

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