El paseo del río Mera aparece cerrado ahora con un muro de piedra

Los usuarios atribuyen la acción al dueño del molino, que ya valló la senda en 2013
El muro levantado en medio del sendero del río Mera
photo_camera El muro levantado en medio del sendero del río Mera

La historia en el paseo del Mera se repite. Y se agrava. El sendero que a diario utilizan decenas de deportistas, además de otras personas, vuelve a estar cortado a la altura del Muíño do Castro y esta vez no con una valla de obra, sino con un muro de aproximadamente un metro de alto y varios metros de largo que llega hasta el mismo cauce, para lo que incluso fue talado un árbol.

El corte del camino público ha provocado la indignación de los usuarios, que tienen que dar un rodeo de unos 500 metros monte arriba para volver al sendero. Atribuyen la acción al propietario del molino, que fue quien en 2013 plantó una valla metálica en la senda. Inicialmente, alegó que era por seguridad, porque la edificación estaba en mal estado y además tenía intención de hacer obras en ella. Defendía, además, que el terreno era privado, para lo que esgrimía un documento de la Xunta que teóricamente excluía ese lugar de la ruta de senderismo y cicloturismo que discurre por el monte Segade. Sin embargo, la titularidad pública del sendero es irrebatible, ya que está dentro de los cinco metros de uso público que la Ley de Aguas exige a los lados de los ríos, por lo que la Confederación Hidrográfica abrió un expediente. Sin embargo, la resolución tardó mucho y mientras tanto varias personas resultaron atacadas por el perro que el hombre llevó al lugar. El animal, de gran tamaño, estaba atado a una cadena de muchos metros de recorrido y mordió a varias personas que, al encontrarse el paso cerrado, subían por la ladera para volver al camino.

La Confederación tardó más de un año en resolver el expediente y en mandar retirar la valla, una orden que aun así el titular parece que obvió. Recurrió administrativamente y también por la vía judicial y las personas que suelen moverse por esa zona creen que el camino no llegó a reabrirse.

La senda vuelve a estar cerrada, ahora con una pared de piedra que imita los muros que tradicionalmente separaban fincas. La construcción está muy lograda y el autor incluso colocó musgo por encima, para darle apariencia de antigüedad, pero salta a la vista que es una estructura recién hecha y plantada en medio de un camino muy trillado, que corrobora el gran uso que tiene. Este diario intentó contactar ayer con el representante legal del dueño del molino, pero no encontró respuesta. Tampoco fue posible confirmar ayer si la Confederación Hidrográfica está al tanto de esta nueva acción y qué medidas ha adoptado o cómo prevé proceder.

Comentarios