Rajoy apuesta por la gran coalición con el PSOE, que no le dará su apoyo

El líder del PP, reforzado tras el 26-J, considera que en "temas fundamentales" necesita a los socialistas, que por ahora rechazan darle su respaldo "por acción o por omisión" ► Ciudadanos no descarta pactar con los populares y dice ahora que nunca hubo veto a Rajoy
Rajoy, su mujer y los resultados del 26-J
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Mariano Rajoy quiere gobernar con el PSOE. Así lo ha dicho esta mañana, seguro de que su apoyo será "fundamental" en temas de especial relevancia. Aunque el líder del PP no descarta ningún otro escenario, esta fue su apuesta y por ello llamará primero a Pedro Sánchez. Sin embargo, desde las filas socialistas, pese a reconocer que Rajoy tiene ahora la iniciativa para intentar formar gobierno, ya han dicho que no lo apoyarán "por acción o por omisión".

El caso es que, seis meses y seis días después del marasmo que supuso el 20-D para la política nacional, los españoles han reforzado al PP y a Mariano Rajoy y han rehusado el anunciado sorpasso, pero, aunque todo cambia, todo sigue igual y la conclusión es la misma: sin acuerdos, España no se puede gobernar.

Si en diciembre todos los focos apuntaron a Rajoy a la espera de que tomara la iniciativa, ahora quedan pocas dudas de que es su turno: 137 diputados, catorce más que entonces y medio millón de votos recuperados le avalan para hacerlo.

"Hemos ganado las elecciones. Reclamamos el derecho a gobernar", proclamó el domingo el líder del PP ante el fervor de sus militantes.

Rajoy quiere negociar y gobernar. Solo la gran coalición con el PSOE le garantizaría una mayoría suficiente. De momento, el líder del PP ya se ha puesto manos a la obra este lunes. Dijo que intentará "arbitrar una fórmula de gobierno" y no sólo asegurarse la investidura, porque cree que se necesita "un mínimo entendimiento" para gobernar, y por ello hablará primero con el PSOE.

En una entrevista en la Cope, Rajoy, que ha apostado de forma prioritaria por la gran coalición, ha señalado que no descarta "absolutamente nada" para su investidura, tampoco un pacto con Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria –que le dejaría a un escaño de la mayoría absoluta–. Pero "en temas fundamentales necesitamos al PSOE", ha advertido.

Ha mostrado su disposición a llamar a los demás partidos, empezando por los socialistas, y ha insistido en que intentará "una fórmula de gobierno" que garantice, por ejemplo, la aprobación de los presupuestos generales del Estado del año que viene, otras leyes pendientes y atender los compromisos y retos europeos como el derivado del "brexit".

NI POR ACCIÓN NI POR OMISIÓN. El PSOE considera que, con los resultados electorales, corresponde al líder del PP, Mariano Rajoy, tomar la iniciativa e intentar formar Gobierno, incluso con más razones que el 20-D, y ha dicho que su posición la adoptarán los órganos de decisión del PSOE, pero que de momento "nada ha cambiado", así que no pueden apoyarle.

"Yo no veo la posibilidad de una gran coalición ni de la abstención, pero el PSOE tiene que hacer su reflexión", ha dicho el portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, en declaraciones a Telecinco, recogidas por Europa Press. Hernando ha dejado claro que la decisión será "colectiva".

En todo caso, ha dejado claro que el primero que tiene que cambiar de posición es Mariano Rajoy, porque dijo que no se presentaría a la investidura si no obtenía 176 escaños, pero el PSOE cree que la iniciativa debe ser suya "legítimamente y numéricamente". También ha avisado de que la abstención del PSOE "no valdría de nada si Ciudadanos no apoya al PP", de manera que el escenario es muy complejo y necesitará una reflexión a la luz de los hechos.

Por su parte, el secretario de Organización, César Luena ha dicho que la hipótesis de que el PSOE se abstenga para permitir un Gobierno del PP "es algo que tocará (estudiar) en su momento", pero acto seguido ha dicho que la "vocación" del PSOE es cambiar a Rajoy, y ha añadido: "Nosotros no vamos a apoyar a Rajoy ni por acción ni por omisión", ha dicho en declaraciones a la Cadena Ser, recogidas por Europa Press.

Hernando ha dicho también en RNE que "no va a haber gran coalición", y también que el PSOE pretende cambiar las políticas del PP que han hecho mucho daño y, si las circunstancias y las políticas no cambian, el PSOE no se abstendrá para que gobierne el PP. No obstante, ha añadido que esta es una cuestión "trascendental" que tendrán que estudiar la Comisión Ejecutiva del PSOE y su Comité Federal. Antes de que se reúnan estos órganos, ha alegado, él no puede decir otra cosa.

CIUDADANOS NO DESCARTA EL PACTO CON EL PP. El vicesecretario de Organización de C's, José Manuel Villegas, ha señalado este lunes que aunque siguen pensando que Mariano Rajoy no es la persona más adecuada para liderar un proyecto de gobierno de cambio, no tienen ningún "veto", y "es el momento de sentarnos a hablar y ver las opciones que existen".

"Tenemos un programa de reformas y de lucha contra la corrupción. Hay que ver si ellos (el PP) son capaces de defenderlo", ha añadido Villegas en declaraciones en el programa de Herrera en la Cope, según un comunicado de la cadena.


EL PESO DE LOS PACTOS. El caso es que, aunque parecía que las peticiones de diálogo, acuerdo y el llamamiento a sumar fuerzas eran un clamor, todos aquellos que han intentado algún tipo de pacto -PSOE con Ciudadanos, o Podemos con IU- lo han pagado en las urnas.

Los seis meses transcurridos le han costado a Pedro Sánchez cinco escaños, pero se ha salvado del sorpasso, la amenaza que como una obsesión escuchaba día a día. De hecho, tras felicitar a Rajoy por su victoria, ha celebrado entre aplausos haber mantenido "la hegemonía de la izquierda".
Está por ver si consolida su liderazgo pese al nuevo mínimo histórico o si los barones se le revuelven. Pero si se mira al sur y a la derrota del PSOE andaluz, no parece que Susana Díaz esté en las mejores condiciones de dar ninguna batalla.

Como líder de la izquierda, a él corresponderá decidir si facilita o no el gobierno del partido más votado; tras el 20-D tardó pocas horas en anunciar su "no" al PP. Habrá que ver si ahora se mantiene en el "no es no" o va cediendo hacia el "no, pero..."

Como líder de la izquierda, a Sánchez le corresponderá decidir si facilita o no el gobierno del partido más votado; tras el 20-D tardó pocas horas en anunciar su 'no' al PP


Que la nueva política ha traído cambios no se puede negar. Uno de ellos, sin duda, el de los análisis electorales. Hubo un tiempo en el que todos los partidos "ganaban", pero ya no. Ni Pablo Iglesias ni Albert Rivera han ocultado su decepción. Ambos han recibido su primer revés electoral y así lo han reconocido.

Al candidato de Unidos Podemos las encuestas le colocaban como líder de la oposición en el peor de los casos. Pero en las urnas no ha gustado tanto el pacto con Izquierda Unida. De hecho, ha obtenido menos votos que los que consiguió en solitario hace seis meses, sin contar el millón que consiguió Alberto Garzón. Cuestión de expectativas, un resultado de 45 escaños (71 sumadas las confluencias) ha sido asimilado como una clara derrota.

A Rivera, por su parte, los seis meses le han arrebatado ocho escaños. Son 400.000 votos menos, buena parte de ellos "devueltos" al PP, al que le ha salido perfecta la estrategia del voto útil ("Albert, no dividamos fuerzas; vota al Partido Popular").

Pero tampoco le ha hecho ningún favor la ley electoral. El juego de los restos se ha cebado con el partido naranja y, sus 77.000 votos de diferencia con Unidos Podemos, se han traducido en 13 escaños menos.

El juego de los restos se ha cebado con el partido naranja y, sus 77.000 votos de diferencia con Unidos Podemos, se han traducido en 13 escaños menos.


La jornada deja otras conclusiones, como el "efecto cero" de los casos de corrupción que han afectado al PP en los últimos meses, el impacto del "brexit" en el elector o el repunte del voto a los populares en alguno de los territorios que hace poco más de un año experimentaron "el cambio".

El caso es que sí, el PP ha recuperado votantes pródigos y una buena dosis de liderazgo. Y no, no hubo sorpasso. Pero, siendo distinto, el escenario post 26-J es muy similar al post 20-D. Y, como dijimos entonces, tal vez sea mejor no guardar las urnas de momento.

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