El responsable en Lugo de C’iudadanos se siente ninguneado y se va

Critica a la dirección gallega y el rumbo del partido tras las elecciones
Juan Manuel Varela
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El responsable de Ciudadanos en Lugo, Juan Manuel Varela González, se siente "ninguneado" y dimite. Su decisión vuelve a poner en tela de juicio el funcionamiento del partido en Galicia, donde hay heridas abiertas desde hace meses. 

A través de una carta, Varela anunció su decisión de poner a disposición del partido el cargo de subdelegado territorial de Lugo, "por estar en absoluto desacuerdo con la estructura orgánica del partido en Galicia, y con la política aplicada en esta materia por la secretaría de organización". 

Su decisión se debe, explica, a que considera que el delegado en Galicia "incumple su cometido, ya que nunca ha convocado a los subdelegados a ninguna reunión desde que fue nombrado". 

Añade que "a mí, particularmente, me ningunea desde que tomé la palabra en la asamblea de Santiago, en presencia de los señores Bofill y Hervías". "Desde entonces, no contesta a mis correos ni a mis llamadas telefónicas, y me puentea tratando temas de Lugo directamente con afiliados", detalla. 

Varela se declara también "convencido de que el secretario de organización perjudica gravemente al partido con sus decisiones erráticas, contrarias al ideario del partido, colocando candidatos a dedo, en contra del resultado democrático de las primarias". 

Dice que tampoco comparte la política "absolutamente centralista del partido, que roza el absurdo"

Detalla en ese sentido que, en la última asamblea celebrada en Lugo, el 9 de julio, tanto el delegado territorial como el coordinador territorial afirmaron "que no tenían ni idea de ningún aspecto relacionado con las próximas elecciones autonómicas gallegas, y que estaban esperando instrucciones de Barcelona". 

Varela también vincula su decisión con las posturas tomadas por el partido tras las elecciones. "Creo que la política de promesas electorales incumplidas, pactos contrarios a las mismas, vetos personales y cambios de opinión constantes e incomprensibles, encabezada por el comité ejecutivo en ambas elecciones generales, dirige al partido por unos derroteros indeseables, muy cercanos al populismo que tanto criticábamos".