PERFIL. Sánchez, un hombre distinto

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez
photo_camera El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez

Si en julio de 2014 Pedro Sánchez consiguió ser secretario general del PSOE por su imagen moderada y con el apoyo de Susana Díaz y buena parte del aparato del partido, tres años después ha vuelto a hacerlo con la bandera de la izquierda, aupado por las bases y repudiado por los notables.

Él dice que es un hombre distinto, un político libre al frente de un movimiento nuevo, de una corriente de ilusión con la que el PSOE puede esquivar el agujero que conduce a la irrelevancia por el que están cayendo, uno a uno, sus hermanos europeos.

Para sus detractores no es más que un oportunista, un político sin fondo, un temerario, un intruso que se ha colado en el PSOE de siempre, el que solo ellos conocen y quieren salvar. Pero en tres años Sánchez ha vivido doce procesos electorales, un cambio intenso en el panorama político español y un sin fin de deslealtades y guerras internas que ciertamente le hacen un hombre distinto al candidato fotogénico y educado que ganó en 2014 el "casting" socialista de su generación.

Parecía hace meses que Pedro Sánchez había puesto fin, a sus 44 años, a su carrera política. Sánchez llegó en julio de 2014 a lo más alto del PSOE colmando una trayectoria profesional en la que alternó su dedicación a la política, primero como concejal y luego como parlamentario, con su actividad de docente y economista. "Podría ser el primer presidente del Gobierno que ha sufrido el paro", profetizó Sánchez al poco de ser elegido secretario general, recordando que el suyo no ha sido un camino de rosas.


Este madrileño del barrio de Tetuán, nacido el 29 de febrero de 1944, se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense, después de estudiar en el instituto Ramiro de Maeztu, de donde le viene su pasión por el baloncesto y el equipo del Estudiantes, en cuya cantera jugó hasta los 21 años. 

Aunque optó por los números para labrarse un futuro, desde joven le inculcaron en casa el interés por la política. Su padre, Pedro, militante del PSOE, fue gerente del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música durante la etapa de Carmen Alborch. Su madre, Magdalena, funcionaria de la Seguridad Social y universitaria tardía, le contagió la admiración por Felipe González.


Con el felipismo en horas bajas, Sánchez se revolvió ante la posibilidad de que ganara la derecha y en 1993 dio el paso de afiliarse en la agrupación socialista del barrio


Con el felipismo en horas bajas, Sánchez se revolvió ante la posibilidad de que ganara la derecha y en 1993 dio el paso de afiliarse en la agrupación socialista del barrio, iniciando un camino que jamás pensó que le llevaría a la Moncloa.

Tras licenciarse en la carrera en 1995 y hacer la mili, se puso por primera vez en la lista del desempleo y obtuvo un primer trabajo en una asesoría fiscal donde ganaba 40.000 pesetas en negro, como él reveló en la pasada campaña electoral. "Pensaba que me interesaba el mundo empresarial, pero me di cuenta que lo que me interesaba era la política", confesó Sánchez.

CHICO DE LOS RECADOS. La falta de oportunidades tras hacerse especialista en enviar currículos le llevó a emigrar a Estados Unidos, donde trabajó en una empresa financiera de chico de los recados llevando papeles de un lado a otro. De vuelta a Madrid, un amigo le dio un consejo que supuso otro hito en su vida: "Si quieres comprender el mundo actual, tienes que irte a Bruselas". Allí se fue a hacer un máster en Economía Política Europea (1997-98) que le abrió la mente y le permitió aprender idiomas. Poco después, trabajó en el Parlamento Europeo como asesor de la eurodiputada socialista Barbara Duhrkop.

Su siguiente escala en el extranjero fue en 1999, cuando fue jefe de gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia para el proceso de reconstrucción, puesto que ocupaba el exministro de Exteriores Carlos Westendorp.


La falta de oportunidades tras hacerse especialista en enviar currículos le llevó a emigrar a Estados Unidos, donde trabajó en una empresa financiera de chico de los recados llevando papeles de un lado a otro


VUELTA A ESPAÑA. Con la mochila llena de experiencias, regresó a España en 2000, donde volvió a alistarse al paro antes de trabajar para la OCU como director de Relaciones Internacionales. Sus contactos le abrieron la puerta de Ferraz, donde fue asesor de Economía de la Ejecutiva Federal entre 2000 y 2004. Al tiempo, se estrenó como concejal en el Ayuntamiento de Madrid, donde mantuvo el acta hasta 2009.

Sin descuidar su faceta de economista, compatibilizó la actividad política con la de profesor asociado de la Universidad Camilo José Cela (Madrid), donde se doctoró en 2012 con la calificación de sobresaliente cum laude. En septiembre de 2009, con José Luis Rodríguez Zapatero de presidente, subió un nuevo escalón en su carrera política al pasar a ocupar el escaño que dejó vacante el exministro de Economía Pedro Solbes.

Su primer paso por el Congreso le permitió foguearse en algunas comisiones y granjearse la confianza de personas como Alfredo Pérez Rubalcaba, que lo integró en su equipo en la campaña electoral de 2011. Al no revalidar el escaño, aprovechó para terminar su tesis, dar clases y trabajar como autónomo en una consultora, pensando que, con el PSOE en la oposición, la puerta de la política volvía a cerrarse. Pero el destino volvió a hacerle un guiño y en enero de 2013 regresó al Congreso como diputado para sustituir a Cristina Narbona.


En julio de 2014, fue elegido líder del PSOE tras derrotar en las primarias a Eduardo Madina y a José Antonio Pérez Tapias


A finales de ese año, Rubalcaba le encomendó recorrer España para informar de las conclusiones de la conferencia políticas del PSOE y durante su misión, algunas agrupaciones le animaron a presentarse a las primarias para ser candidato a presidente del Gobierno.

En julio de 2014, fue elegido líder del PSOE tras derrotar en las primarias a Eduardo Madina y a José Antonio Pérez Tapias. Con los galones concedidos por la militancia, fue proclamado candidato a la Moncloa en julio del pasado año ya sin rivales. 

Sánchez está casado desde 2006 con la bilbaína Begoña Gómez, con la que tiene dos hijas, Ainhoa y Carlota. Gran enamorado de su familia, en ella encontró el soporte en los dos últimos años para compensar el desgaste acumulado desde que se puso al frente del PSOE. Otro de sus aliados es su hermano, David, quien emprendió un camino profesional distinto para convertirse en director de orquesta.

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