Hollywood llevará a la gran pantalla la historia de las Schindler gallegas

Emilio Ruiz Barrachina dirigirá y guionizará la película sobre la historia de estas tres hermanas de Ribadavia que ayudaron a unos 500 judíos a huir de los nazis a Portugal durante la II Guerra Mundial
Las hermanas Xulia, Lola y Amparo Touza Domínguez de Ribadavia, más conocidas como las Schindler gallegas, en una fotografía de archivo de 1950
photo_camera Las hermanas Xulia, Lola y Amparo Touza Domínguez de Ribadavia, más conocidas como las Schindler gallegas, en una fotografía de archivo de 1950

La historia de tres hermanas de Ribadavia que ayudaron a unos 500 judíos a huir de los nazis a Portugal durante la II Guerra Mundial será llevada a la gran pantalla en una súper producción de Hollywood, anunció este miércoles en una entrevista con Efe el director de cine y escritor Emilio Ruiz Barrachina.

La película sobre las conocidas como las Schindler gallegas está en estos momentos en fase de preproducción, en la que trabajan tres firmas, Beverly Hills Entertainment, New Film International y Dark Steel Entertainment.

El guión es de Ruiz Barrachina, quien señaló que el presupuesto inicial para la película podría rondar entre 20 y 25 millones de euros.

La idea es rodar en 2018 y ya hay elegidas varias localizaciones, tanto en Galicia como en Madrid y en otros puntos de Francia, Alemania y en Nueva York (EE UU).

Emilio Ruiz Barrachina dirigirá y guionizará la película sobre las conocidas como las Schindler gallegas


Las escenas de la parte de la historia que discurre en el municipio ourensano de Ribadavia se rodarán seguramente en Ourense y las del paso fronterizo a Portugal, en los cañones del Sil.

En Madrid está previsto rodar las escenas de trenes en marcha, concretamente en la línea a Burgos, con locomotoras a vapor.

Barrachina, que acaba de terminar una adaptación cinematográfica de la obra Yerma, de Federico García Lorca, que se estrenará en 2017, hizo el camino a la inversa con la historia de las hermanas Touza, pues a partir de un guión cinematográfico desarrolló una novela, titulada Estación Libertad.

Tanto el guión como la novela se centran en los judíos que huían del régimen nazi y la protagonista es la estación de Ribadavia, lo que no es óbice para que las hermanas Touza jueguen "un papel muy importante" en la trama.

El hilo conductor es un niño limpiabotas, llamado Martín, que tras ser delatado por colaboracionista con la red que ayudaba a los judíos a llegar a Portugal, viajó a Estados Unidos con una pareja de alemanes y 60 años después regresó a Ribadavia.

Barrachina advirtió de que hay aspectos que ha modificado en sus textos, como por ejemplo el nombre de Lola Touza, la hermana con mayor peso en la organización que ayudaba a cruzar la frontera a los huidos del régimen nazi, que en la película se llamará Isabel, y algunos otros para adaptarlos al lenguaje cinematográfico.

La idea es rodar en 2018 y ya hay elegidas varias localizaciones, entre ellas, Galicia y Madrid


Pero confesó que en general ha intentado ser lo más fiel posible a la historia real de tres hermanas que, "con muy pocos medios", fueron capaces de liberar a tanta gente, y que organizaban bailes en el casino para conseguir fondos para sostener su altruista actividad "jugándose el tipo".

Barrachina opinó que es una historia muy oportuna ante la crisis de refugiados que vive Europa, de "solidaridad más allá de creencias, religiones y procedencias", en definitiva, una "lección de humanidad".

Las hermanas Touza —Lola, Xulia y Amparo— han recibido diversos reconocimientos, tanto de la Red Sefardí de España como del colectivo Siboni en Jerusalén, donde se plantó un árbol con su nombre.

Formaron una red clandestina junto con Ricardo Pérez Parada, evangelista y tonelero, que ejercía de traductor, ya que tras vivir en Nueva York sabía hablar inglés y polaco; con su pariente taxista Xosé Rocha Freijedo y con el también taxista Javier Míguez, alias El Calavera.

Además de ayudar a los refugiados judíos, a los que ocultaban bajo el suelo cuando llegaban a la estación, dieron comida y bebida a presos que ocupaban la cárcel situada en el actual Ayuntamiento de Ribadavia y colaboraron con emigrantes que marchaban a Venezuela sin ningún medio.

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