La Policía ve difícil atajar las peleas juveniles "al no tener conocimiento"

La Fiscalía instruye el proceso contra los chavales grabados mientras peleaban en O Cantiño

La Policía Nacional dispone de un plan específico de control de venta de estupefacientes en el entorno de centros educativos que incluye la vigilancia de otras conductas, como peleas o robos entre chavales, y es en ese contexto en el que está la alerta de peleas organizadas como las que se celebran en la ciudad desde hace meses. El problema, explican fuentes policiales, es que los chavales se citan y se invitan a presenciar las llamadas bullas a través de sus Whatsapps y, salvo que algún padre controle el teléfono de alguno de los convocados y alerte a la Policía, esta no tiene conocimiento de las peleas. «Ojalá tuviéramos conocimiento de las quedadas con anterioridad porque no se celebrarían», explica el secretario en Galicia de la Unión Federal de Policía (UFP), Miguel González.

En el mismo sentido se pronuncia el responsable de la unidad que investiga delitos de menores, entre otros, el inspector Laureano García. Porque, además, los chicos se citan en lugares no muy transitados, como la plazoleta que hay al lado del Círculo, el paseo interior de la muralla en O Cantiño o el parque Rosalía de Castro por la noche, durante el botellón. «Cuando las detectamos, es tarde ya. Aunque hay veces en que nos han llamado padres que sabían que algunos chavales se iban a pegar a la salida del instituto, mandamos una patrulla y lo evitamos porque agentes uniformados y un Zeta disuaden mucho», explica García.

González defiende la «eficacia» policial a pesar del número «limitado» de efectivos. Los dos menores de la pelea de O Cantiño que esta semana circuló por redes y medios de comunicación fueron identificados al día siguiente de la difusión masiva de la grabación, en la que aparecían un centenar de chavales presenciando la pelea.

La Policía trasladó el atestado a la Fiscalía, que será quien continúe con el proceso para, o bien imponer a los menores alguna medida educativa, o para remitir la instrucción al juzgado de Menores. También analizará «si hay una intromisión ilícita de la intimidad» en la circulación del vídeo de la reyerta.

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