"Mi hermana de 15 años cruzó sola los Balcanes", cuenta un refugiado sirio

Mohamad Kamal Aldalati narró su odisea en el congreso que se celebra en Humanidades
Dolores Fernández, una de las organizadoras, con Mohamad Kamal Aldalati
photo_camera Dolores Fernández, una de las organizadoras, con Mohamad Kamal Aldalati

Mohamad Kamal Aldalati tiene 28 años y este jueves abrió el congreso Migración y Refugio en Europa que se celebra en la facultad de Humanidades con la narración de su vida en el último lustro, desde que estalló la guerra civil en su país, Siria, y tuvo que huir amenazado de muerte. "Nunca me habría imaginado lo que pasó en este tiempo: tener que salir de mi país, vivir en España, estar lejos de mi familia", reflexiona. Antes de que estallara el conflicto, su vida era tan normal como la que ahora observa a su alrededor en la facultad de Medicina de la USC, donde estudia. Pero la guerra lo cambió todo. En este tiempo, su amplia familia se ha desperdigado. Su padre y un hermano permanecen en Siria, otro hermano está en Turquía, otro en Polonia y su madre y su hermana, en Alemania. "Mi hermana de quince años cruzó los Balcanes sola, con una familia que conocía mi hermano que está en Turquía. La mandaron a Alemania porque allí estaba mi madre. La metieron en una balsa a Grecia en una travesía de once días. Durante cuatro días no supimos nada de ella", relata.

"La actuación de los países que han bloqueado las fronteras es vergonzosa. Va contra la humanidad. Esa gente está huyendo de la muerte, como hice yo", insiste. Mohamad se ganó su condena por poner su formación sanitaria al servicio de los heridos en un hospital de campaña. "Una espía del gobierno entregó nuestros nombres a los puestos de control alrededor de Damasco", cuenta, y un día, otro Kamal Aldalati fue abatido a balazos. Mohamad entendió que se había tratado de una confusión, que a quien habían querido matar era a él, y huyó.

Dejó todo atrás y atravesó las montañas acompañado de un contratabandista. Caminó durante cinco días hasta llegar al Líbano y allí pudo contactar con algunos parientes europeos. Una prima le envió una carta de invitación para España y se vino. Fue a un centro de acogida para solicitar asilo y, tiempo después, consiguió una beca Erasmus para estudiar en la USC algunas materias de Medicina. Sin embargo, no pudo convalidar sus estudios y optó por preparar el acceso a la universidad para mayores de 25 años. Lo aprobó y fue admitido en Medicina de nuevo. Ahora estudia segundo de carrera y vive alojado en casa de un profesor que le ofreció su casa.

Ese es un resumen escueto de cinco años de angustia y sufrimiento por un conflicto sobre el que es pesimista a medio plazo. Su padre y su hermano continúan en un Damasco asediado, sobreviviendo con la ayuda que les van enviando los que están fuera a través de contrabandistas y que llega con dificultad. Su salida es difícil porque ahora ningún país del entorno ofrece visados.

Mohamad dice que cuando mira atrás no se puede creer todo lo que ha pasado, pero no quiere que eso lo paralice. "Luchar por el futuro me ayuda a mí y ayuda a mi familia", se dice.

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