La psicosis sigue creciendo a la vez que se traslada también a las redes sociales

Reforzada la vigilancia tras un nuevo aviso sobre el violador de Augas Férreas

La mujer que fue segunda víctima alertó a los agentes de que creía haber visto al sospechoso saliendo del mismo edificio de Augas Férreas ►La psicosis sigue creciendo a la vez que se traslada también a las redes sociales
Carteles reivindicativos en el edificio
photo_camera Carteles reivindicativos en el edificio

La Policía Nacional reforzó este jueves aún más su vigilancia en la zona de Augas Férreas donde ha actuado en dos ocasiones un violador. Según parece, lo hizo ante el aviso de una vecina de que el sospechoso pudo regresar al edificio donde cometió las dos agresiones sexuales conocidas hasta la fecha.

Agentes camuflados vigilaban anoche las puertas de los tres portales que tiene el edificio y la del garaje

Lo que puso realmente en guardia a los investigadores fue que la alerta partió, según pudo confirmar este diario, de una de las dos víctimas de este violador, que creyó haberlo visto saliendo del mismo edificio donde perpetró los ataques.

Esta mujer fue la segunda víctima, aunque consiguió resistirse lo suficiente como para escapar de él y evitar que consumara la violación. Sigue viviendo en el edificio que parece haberse convertido en la principal zona de caza de este depredador, al contrario que su primera víctima, una estudiante que sí se marchó de allí después de sufrir una agresión sexual en un cuarto de servicio en la zona de garajes.

Tras el aviso, la Policía Nacional desplegó a un buen número de agentes en la zona, aunque la mayor parte de ellos sin uniformes. Pero para cuando llegaron, el sospechoso que había sido visto por la vecina había desaparecido.

El aviso fue dado ya por la mañana del jueves, pese a que en las dos ocasiones en que actuó eligió la noche, pero las fuerzas de seguridad establecieron un dispositivo que mantuvieron todo el día y que prolongaron toda la noche.

Agentes en coches camuflados y a pie vigilaban al cierre de esta edición las puertas de cada uno de los tres portales de entrada al edificio, así como la del garaje, un lugar que el violador parece conocer bien. También había presencia policial en todo el entorno de la plaza.

Las personas que entraban y salían del edificio eran interrogadas además para saber si eran vecinos del mismo o si habían visto a alguien que respondiera a la descripción, un joven de entre 20 y 30 años, de aproximadamente 1,80 metros, rubio y con un piercing. A la vez, los policías nacionales trataban de tranquilizar a los vecinos, asegurándoles que iban a pasar allí toda la noche.

Este supuesto regreso a la escena del crimen parece ser la mejor pista con la que cuentan los investigadores hasta el momento, ya que los perfiles de varios sospechosos que manejan no parecen estar dando sus frutos ante la gran complejidad del caso.

Agentes camuflados vigilaban anoche las puertas de los tres portales que tiene el edificio y la del garaje