Hospitalizados dos rumanos tras una reyerta en el barrio de A Milagrosa

La dependienta de una panadería aguanta el tipo y consigue avisar a la Policía mientras un cliente con un cuchillo y síntomas de problemas mentales amenaza con rajarle la cara por no dejarle beber vino y comer en el establecimiento
Los altercados tuvieron lugar en la calles Yáñez Rebolo y San Roque
photo_camera Los altercados tuvieron lugar en la calles Yáñez Rebolo y San Roque

Los vecinos y comerciantes de la Rúa Yáñez Rebolo, a la altura del cruce con Tino Grandío, se sobresaltaban este miércoles, poco antes de las doce de la mañana, con la reyerta que protagonizaban dos ciudadanos rumanos, que se ganan la vida con la venta de chatarra. La discusión comenzó en la calle y fue subiendo de tono hasta que en el piso que comparten con una compatriota pasaron de las palabras a las manos.

En medio de la refriega uno de los contendientes se asomó a la ventana y, entre aspavientos, comenzó a pedir a gritos el auxilio policial, según apuntaron testigos presenciales. Entonces se personó en el inmueble, el número 20 de la Rúa Yáñez Rebolo, sito en el barrio de A Milagrosa, una patrulla de la Policía Nacional y dos ambulancias del 061.

Los agentes procedieron a identificar a los dos hombres que se enzarzaron en la pelea y a la mujer con la que comparten vivienda, todos ellos de entre 30 y 40 años de edad. Uno de los identificados es un viejo conocido de las fuerzas de seguridad pues cuenta con antecedentes penales por delitos menores.

Los dos ciudadanos rumanos, que presentaban heridas que en principio no revestían gravedad, fueron trasladados por el personal de sendas ambulancias del 061 al Hospital Universitario Lucus Augusti (Hula) para recibir asistencia sanitaria.

La Policía Local reguló el tráfico en este transitado cruce de las calles Yáñez Rebolo y Tino Grandío mientras se procedía a la evacuación de los heridos.

Queda por aclarar el móvil de la pelea. Los dos ciudadanos rumanos optaron por el silencio cuando les preguntaron los agentes antes de ser trasladados al Hula. Se baraja como posible causa una disputa por la misma mujer o por cuentas pendientes por el negocio de la chatarra.

Vecinos que fueron testigos de la refriega aseguraron que vieron como uno de los contendientes contaba en la calle "un fajo de billetes".

"TE RAJO LA CARA". En otro episodio violento, la dependienta de una panadería de San Roque consiguió avisar a la Policía y mantener controlado mientras llegaba a un hombre que amenazaba con rajarle la cara con un cuchillo de cocina y que antes había amenazado también a otro cliente, que salió huyendo.

La joven, de 27 años, atendía a eso de las nueve de la noche del martes el mostrador de la panadería situada frente a la capilla de San Roque cuando entró un hombre de unos sesenta años, con una mochila y aspecto descuidado. "Me pidió comida y una botella de vino y me pagó", recuerda esta mujer, "pero luego me pidió un sacacorchos para abrir la botella para comer allí".

Ella le informó de aquello no era una cafetería y que no se podía comer ni beber allí, pero el no lo aceptó. Mientras crecía la tensión, entró otro cliente. Mientras era atendido se quedó mirando al otro, que "le dijo que qué miraba y que si quería que le rajase la cara, así que me pagó rápido y se fue".

Fue al quedarse solos cuando el hombre "sacó de la mochila un cuchillo y se puso a abrir con él la botella". Pese a todo, la dependienta insistió en que no podía comer allí y que se tenía que ir, "pero él empezó a decirme que iba a rajarme la cara. Pasé mucho miedo, porque estábamos solos y podía darle una ‘arroutada’".

En ese momento de tensión, supo reaccionar para llamar primero a sus jefes y, luego, a la Policía Nacional, pero aguantó dentro: "Él se puso en un extremo de la barra a beber el vino, mientras hablaba solo, decía cosas raras, parecía que no estaba bien de la cabeza. Yo me fui a la otra punta del mostrador, pegada a la puerta y con el teléfono en la mano".

La Policía tardó muy poco en llegar y logró detener al hombre sin que opusiera resistencia. Este miércoles fue puesto a disposición judicial y quedó en libertad, acusado de un delito de amenazas.

Comentarios