La Muralla de Lugo es una caja de sorpresas

Las prospecciones arqueológicas que se realizan en el monumento sacan a la luz enigmas que aún quedan por desvelar ► Hoy, con la edición impresa, se publica un especial sobre el 16 aniversario de la declaración como Patrimonio de la Humanidad
Vista parcial do perímetro da muralla de Lugo
photo_camera Vista parcial do perímetro da muralla de Lugo

Cada vez que se acometen obras de restauración en esta fortaleza única se realizan prospecciones arqueológicas que suelen desvelar algunos de los misterios que aún oculta en sus entrañas este monumento con 1.700 años de vida.

Cuando en estas actuaciones los obreros mueven las lajas de pizarra y destapan la argamasa de cal que las recubre los arqueólogos a veces no saben qué sorpresas les puede deparar este bien mundial que este miércoles está de aniversario.

Uno de los últimos sondeos llevados a cabo, la primavera pasada en la puerta de San Pedro, en los cubos LII y LIII, aireó varios restos históricos. Bajo el adarve fue hallada una moneda de cobre de dos centímetros de diámetro. Su restauración se efectuó en el Museo del Castro de Viladonga. Como estaba recubierta por mortero de cal facilitó su conservación. Está en estudio. Aún no está datada. Ya se sabe que es un antoniniano que podría ser del último tercio del siglo III.

Pero este no fue el único hallazgo que deparó esta provechosa prospección. También se descubrió un inédito sistema de canalizaciones. "Es la primera vez que aparece en la muralla", explica el director de la excavación, Celso Rodríguez Cao.

Es un canal principal, que discurre paralelo al adarve, en el que confluyen tres de entrada y otros tres de salida. Son de pizarra y revestidos con cal. Tienen 20 centímetros de ancho por otros tantos de alto. El enigma que queda por revelar es qué funcionalidad tenían.

Es significativo que se encontrase este sistema de canalizaciones en altura. Se tiene referencia de otro similar, pero en el suelo, en la portuguesa Braga —antigua Bracara Augusta—. Se conserva también "el paño original de la muralla en el paseo y en más de metro y medio de cubo", según indica Rodríguez Cao.

El director de la excavación considera "excepcional" que se haya conservado "arriba de todo, después de tantas reformas, de tantos siglos de avatares, una parte original del mundo romano". Los cubos de la puerta de San Pedro fueron reconstruidos de arriba a abajo hace menos de medio siglo, a principios de los años 70, cuando se llevó a cabo el programa Muralla Limpia para demoler las casas adosadas al monumento.

INVESTIGACIÓN. Además de ese antoniniano, en los canales también se hallaron un fragmento de cuero, que fue remitido para su estudio al Museo del Castro de Viladonga, y un trozo de madera. Este está en manos de un grupo de investigación de la Universidade de Santiago de Compostela, que trata de datarlo con carbono 14, así como de determinar de qué árbol era y si este era local o foráneo.

Sobre este estrato se descubrió otro del romano tardío donde se hallaron dos monedas del emperador Constantino y fragmentos de cerámica para construcción (tébulas) y ornamental. "Es de mucha importancia para nosotros porque son estratos romanos que nos aportan una cronología de la obra a esa altura de la muralla", asegura Rodríguez Cao.

Pero la prospección aún dio más de sí. Se localizaron las cimentaciones del castillo del infante Don Felipe, construido en el primer tercio del siglo XIV, que daría nombre a esa parte de la ciudad, el Campo Castelo.

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