Las sombras de la factura de la luz

La Faepac y la Xunta, con el Instituto Galego de Consumo, promueven campañas informativas
Una bombilla entre sombras
photo_camera Una bombilla entre sombras

La electricidad es una necesidad básica convertida en artículo de lujo. El precio de la luz subió más de un 70% desde el inicio de la crisis y cada vez son más los hogares con dificultades para hacer frente a los pagos. La pobreza energética es una realidad y la desconfianza ante las eléctricas y el desconocimiento sobre qué pagamos y por qué aumenta.

En los últimos días, y con el objetivo de dar luz entre las sombras a las dudas de la factura, la Fundación Axencia Enerxética Provincial de A Coruña (Faepac), por su parte, y el Instituto Galego de Consumo, la Consellería de Industria y el Inega, por otra, han puesto en marcha sendas campañas informativas para asesorar a la población.

La Faepac, además de organizar varias charlas -una se hizo en As Pontes-, puso a disposición de los ciudadanos de la provincia de A Coruña hace un mes el email [email protected] para resolver todas sus dudas. Es un servicio gratuito de atención directa.

Según las estadísticas, uno de cada cuatro gallegos no entiende la factura de la luz y lo cierto es que descifrarla no es una tarea fácil, que se le resiste también a empresas o a adminstraciones

El Instituto Galego de Consumo, la Consellería de Industria y el Inega, con la colaboración de Sotavento, lanzaron la campaña Dálle Luz á túa Factura, que organizará charlas por toda Galicia con el objetivo de informar sobre la factura y dar recomendaciones y estrategias para ahorrar en el consumo. Además de en As Pontes, ya recaló en Castro de Ribeiras de Lea y estará este mes, el día 19, en el CCR de Vilalba.

Según las estadísticas, uno de cada cuatro gallegos no entiende la factura de la luz y lo cierto es que descifrarla no es una tarea fácil, que se le resiste también a empresas o a adminstraciones -Faepac consiguió la devolución de cientos de miles de euros en los últimos cuatro años revisando facturas de ayuntamientos que contenían errores, como lecturas solapadas, kilowatios que se consumen en valle pasados a punta con su respectivo incremento de precio o temas de potencia-.

Uno de los grandes problemas que existe, según los expertos, es el gran desconocimiento. «Nadie sabe el tipo de tarifa que tiene, la potencia instalada, si está en el mercado libre o el regulado» y los fallos en las facturas, sin señalar directamente a ninguna empresa concreta, existen más a menudo de lo deseado. Por eso, recomiendan que debemos estar pendientes.

¿Y qué esconde la factura? El pago del consumo real es una mínima parte de la cifra total, en la que se incluye la potencia instalada, muchas veces superior a la necesaria. Pero lo que tenemos contratado -la energía supone un 37,48% del total-no es todo lo que pagamos. Hay una parte de costes regulares -peajes (41,14%), pagos por capacidades, pérdidas de transporte y retribuciones de los operadores-, que también salen del bolsillo de los clientes, que desembolsan, a mayores, impuestos sobre impuestos.

¿Y qué esconde la factura? El pago del consumo real es una mínima parte de la cifra total. La energía supone un 37,48% del total

Alrededor del 21% de la factura, casi una cuarta parte del total, se paga por el alquiler del contador, el Iva -al 21%, el más alto-, que grava directamente sobre el impuesto eléctrico (5,1127%) y el municipal, de 1,5% y el mayor desconocido del recibo más temido.

DINERO. Y entre todo este embrollo de cifras y datos, se pierde información y, en muchas ocasiones, dinero. Por eso, las campañas promovidas por la Faepac o la Xunta y el Instituto Galego de Consumo, tratan de aportar a los clientes herramientas para que, al margen del elevado precio de la energía, puedan reducir el gasto, con recomendaciones para rebajar la factura de la luz.

A mayores de estas campañas, la Faepac lanzará un plan piloto de lucha contra la pobreza energética para ayudar a la gente a optimizar el consumo -a través de servicios sociales se pondrán en contacto con las casas con más dificultades y colocarán equipos para analizar las redes, el calor que pierde la vivienda o la humedad para dar recomendaciones-. Y en una segunda parte crearán un observatorio y una plataforma de lucha contra la pobreza energética para involucrar a empresas y conseguir financiación para implantar las medidas y hacer realidad los consejos.

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