La pelea de Monforte deja seis detenidos y se prevén más arrestos

La Policía Nacional detuvo durante el lunes a seis jóvenes y este martes se espera la detención de al menos otros nueve, para tomarles declaración sobre la pelea multitudinaria que tuvo lugar a primeras horas de la mañana del domingo en la Rúa Concepción Arenal de Monforte.

Allí se produjo una reyerta en la que participó una treintena de personas y en la que hubo varios heridos, el de mayor gravedad un rumano, de 31 años, M.P, que se encuentra internado y estable en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hula de Lugo, tras recibir un golpe con una barra de hierro que le hundió parte del hueso parietal del cráneo.

La Policía Nacional, según pudo saber este diario, ha cerrado el círculo y dispone de tres nombres de otros tantos jóvenes monfortinos que pudieron cometer conjuntamente esa brutal agresión, hijos de conocidas familias de la ciudad y que no es la primera vez que participan en altercados similares como el sucedido en la madrugada del Año Nuevo.

Los identificados en este suceso empezarán este martes a pasar a disposición judicial acusados de riña tumultuaria, donde hay agresores y agredidos sin que se pueda precisar quién fue el agresor de cada cual. Además, se estipula que este delito se da cuando se utilizan medios o instrumentos que pongan en peligro la vida o integridad de las personas.

Todas estas circunstancias se dieron en la pelea que se originó en la calle de los pubs de Monforte a las cinco de la mañana de domingo y acabó dos horas después en la Rúa Concepción Arenal, cuando al menos diez jóvenes de la ciudad del Cabe, subidos en dos coches de alta gama, un BMW y un Audi A3, acudieron en busca de los rumanos para ajustar cuentas.

Según las declaraciones de estos, los monfortinos salieron de los vehículos con palos y barras de hierro, dándoles pocas opciones para defenderse, por lo que decidieron, en un momento dado, cuando consideraron que no eran capaces de defenderse, encender al menos una motosierra que usan en su trabajo diario con el fin de intimidar a sus agresores para que no siguiesen moliéndolos a palos.