Sin rastro de la vecina de Meira desaparecida

Un dispositivo de búsqueda, al que se incorporó este miércoles un helicóptero, rastrea la zona de Seixomil en busca de Olivia López, de 85 años

El dispositivo de búsqueda de Oliva López Tella, la mujer de 85 años que desapareció el lunes en Meira, se prolongó este miércoles durante horas, aunque sin éxito por ahora. Numerosos vecinos y cazadores rastrearon sin descanso la zona y acompañaron a varias patrullas de la Guardia Civil, voluntarios de la agrupación de Protección Civil de Meira y del GES de A Pontenova. También se desplazó un guía de la unidad canina, procedente de Ourense, y un helicóptero dotado con una cámara térmica.

La Guardia Civil busca desde el martes a Oliva López Tella, una mujer de 85 años que desapareció de su vivienda del barrio de Murias, en la parroquia meirega de Seixosmil, donde residía sola desde que enviudó hace algunos años.

Los vecinos explicaron que la última vez que vieron a la mujer, que al parecer sufre algún principio de demencia, fue el lunes, en torno a las 20.00 horas. "Desde ese momento perdéuselle a pista", añadieron, mientras aseguraron que ya por la mañana notaron su ausencia, cuando sobre las diez "chegou o carteiro e non saíu da casa", algo que sí solía hacer.

EL MARTES. Pese a ello, y a que a las 12.00 horas del martes también se acercó una trabajadora de Axuda no Fogar que visita casi diariamente a la octogenaria, el aviso al 112 no se produjo hasta las tres de la tarde, cuando se personó la primera patrulla de la Guardia Civil.

El dispositivo de búsqueda fue ampliándose a medida que avanzaba la tarde y no daban con su paradero, llegando casi al medio centenar de personas. Así, además de tres patrullas de agentes de la Guardia Civil, se sumaron voluntarios de la agrupación de Protección Civil de Meira, miembros del GES de A Pontenova y numerosos vecinos de los núcleos próximos y familiares.

Durante horas, y hasta que anocheció, estuvieron peinando un radio de alrededor de 500 metros en torno a la vivienda de la desaparecida, que se encuentra en plena Sierra de Meira, donde las temperaturas eran extremadamente bajas ya entonces.

Un dispositivo de 50 personas participó en las labores de búsqueda, a las que se sumó este miércoles una unidad canina

También revisaron el pozo de purín hasta en dos ocasiones, así como los alpendres aledaños a la vivienda y las pistas y carreteras próximas por las que solía salir a pasear habitualmente.

Aunque todo apunta a que la mujer pudo desorientarse, hay varias cuestiones que desconciertan a los vecinos y conocidos. "A casa non estaba revolta, pero si que había unha porta aberta, algo que chamou moito a atención", explicó el regidor, Antonio de Dios, quien también se desplazó, junto a otros miembros de la corporación, hasta el lugar de la desaparición para conocer de primera mano los avances en la investigación y ayudar en lo que fuese necesario.

Esos indicios "estraños" que comentaban los vecinos después de varias horas de búsqueda indican que la mujer pudo salir con prisa de su casa, ya que hay varias piezas que "non encaixan" en su modo habitual de actuar.

Así, en uno de los cuartos de la vivienda se encontró el pijama de la desaparecida en el suelo y una toalla.

También llamó la atención de los que la conocen que saliese a pasear sin su vara, un objeto que utilizaba a diario, y también sin su perro, que quedó atado.

Precisamente, aprovechando la presencia del animal, los agentes recorrieron zonas próximas con él, por si podía servir de ayuda en la búsqueda, algo que fue infructruoso. Ese rastreo se pospuso al anochecer, ante la falta de visibilidad en la zona

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