Vivir en 12 metros cuadrados

La cúpula de NCG se amolda a la rutina del módulo 9 de A Lama

Gayoso, Pego y Estrada conviven con otros 80 internos en un área en la que se autogestionan
Interior de una celda en el centro penitenciario de A Lama en 2011
photo_camera Interior de una celda en el centro penitenciario de A Lama en 2011

El centro penitenciario de A Lama presenta desde el lunes una estampa poco frecuente al acoger entre sus 1.300 internos al presidente de Novacaixagalicia y otrora de Caixanova, Julio Fernández Gayoso; junto al que fuera su mano derecha, el director general José Luis Pego, y el responsable de la oficina de integración, Óscar Rodríguez Estrada, condenados a dos años por las prejubilaciones millonarias. La imagen es poco corriente por excepcional, pues no se había visto a un banquero privado de libertad desde que Mario Conde fuera condenado por el caso Banesto, ingresando hasta en tres ocasiones en Alcalá-Meco en 1994, 1998 y 2002, hasta el fugaz paso del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa por Soto del Real en 2013 por un total de 15 días, por las supuestas irregularidades de un banco de Florida, un caso que fue sobreseído.

Mientras el responsable del área inmobiliaria de Novacaixagalicia, Gregorio Gorriarán, y el abogado laboralista y asesor de la caja Ricardo Pradas permanecen en Soto del Real tras ser detenidos el lunes en Madrid, Gayoso, Pego y Estrada llevan desde el martes haciendo vida en el módulo 9 del centro de A Lama, en el que conviven con alrededor de 80 reclusos. Tras pasar la noche del lunes en el área de ingresos, pendientes de su clasificación para decidir su área de destino —lo que conlleva la revisión por parte de un médico, un educador, una trabajadora social y un psicólogo que se ocupan de analizar la peligrosidad y el perfil de conducta de cada reo— fueron trasladados a este módulo convivencial, también conocido en el argot penitenciario como ‘de respeto’. En él los internos gozan de un régimen relajado y se autogestionan, de modo que los funcionarios solo intervienen en caso de que surja un conflicto.

Al igual que el resto, los exgestores de la caja gallega siguen las rutinas del centro, sin que se hayan registrado «incidencias», según pudo confirmar AGN. La jornada arranca sobre las ocho, cuando se abren las puertas para que todos bajen al patio a desayunar para luego ocuparse en diversas actividades, que van desde la práctica deportiva hasta la realización de talleres e incluso la asistencia a conciertos en un intento por restar dureza a la estancia. Tras el almuerzo, retornan a sus cubículos hasta las 16.30, cuando vuelven a hacer vida en común hasta las 20.00. A esa hora las rejas se cierran de nuevo y vuelta a la soledad de la celda.

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