Los caballos desatendidos en Lugo movilizan a la Policía todas las semanas

El caso de Castelo es el último de una larga lista de intervenciones por presunto abandono ► La Protectora ya alertó hace meses del riesgo de que los animales sueltos causen accidentes
Caballos en la finca de Castelo donde la Policía Local levantó atestado por presunto maltrato animal
photo_camera Caballos en la finca de Castelo donde la Policía Local levantó atestado por presunto maltrato animal

La intervención de la Policía Local en una finca de Castelo en la que se encontraron una yegua y un poni en condiciones precarias y varios cadáveres de perros no es algo extraordinario en las labores de este cuerpo, ya que los equinos desatendidos están suponiendo, de un tiempo a esta parte al menos, una movilización semanal de efectivos.

Sí es cierto que en la mayoría de los casos no se trata de situaciones tan extremas como las que los agentes describieron en el atestado que levantaron en Castelo, donde junto a una yegua y un poni de raza gallega con aspecto desnutrido se encontraban restos de, al menos, dos canes cuya disposición hace pensar que uno de ellos se alimentó del cadáver del otro hasta que él mismo pereció. Los restos se enviaron a analizar al departamento de Anatomía Patológica del hospital veterinario Rof Codina para realizarle una necropsia.

Sin embargo, el de Castelo, aunque es singular por la situación extrema que se encontraron los agentes y el personal del servicio veteriano del Rof Codina, tampoco es un caso único en cuanto a desatención y abandono. El pasado mes de agosto, la Policia Local rescató una yegua de una finca de Paulo Fabio Máximo en un estado de extrema desnutrición. Aunque el animal fue trasladado al Rof Codina para examinarlo y tratar de recuperarlo, poco pudo hacerse por él, puesto que tenía los huesos deshechos y su curación era imposible. Aunque el caso se investigó por la vía penal, la causa finalmente se archivó.

En la mayoría de los casos, sin embargo, se trata de animales que quedan sueltos en fincas o incluso áreas públicas o amarrados a un árbol y sin provisión de alimentos o agua. Sucede sobre todo en la zona norte de la ciudad, en el entorno de la avenida Infanta Elena y el polígono de As Gándaras.

La Protectora de Animales ya alertó hace unos meses del peligro que suponen estas situaciones, puesto que estos animales sueltos pueden cruzar la carretera y causar accidentes de tráfico graves y criticó a Xunta y Ayuntamiento por no tomar cartas en el asunto.

Comentarios