La entrada puede estar en un simple recuerdo de viaje

Globalización y temperaturas más suaves inundan de patógenos exóticos el campo

Llegan con más frecuencia organismos nocivos de otras partes del mundo y resisten mejor. En Galicia hay actualmente en marcha planes de contingencia para seis brotes que exigen cuarentena

La polilla guatemalteca ha puesto a productores y consumidores de patata en estado de alarma, pero no es, ni mucho menos, la única amenaza para las especies gallegas. De hecho, la Consellería de Medio Rural tiene abiertos seis planes de contingencia por organismos nocivos y es probable que tarde o temprano, surjan otros porque la aparición de plagas se ha hecho cada vez más frecuente. "Llegan más y sobreviven más", explica Cristina Cabaleiro, profesora e investigadora del Campus Terra especializada en protección de cultivos. "Antes cada diez años había algo, ahora es casi cada seis meses", ejemplifica. Las razones son sobre todo dos: el constante e intenso intercambio de mercancías y viajeros que trajo consigo la globalización y los inviernos cada vez más suaves junto con veranos más largos y secos. En el sector forestal, además, también influye el monocultivo de las últimas décadas, que reduce la resistencia a epidemias.

En la actualidad, Medio Rural tiene activos planes de lucha para intentar contener seis organismos de cuarentena: el psílido africano de los cítricos, el chancro resinoso y el nemátodo del pino —detectado en As Neves (Pontevedra)— , el picudo de las palmeras —un coleóptero procedente del Sureste asiático y la Polinesia, hallado en la provincia de Pontevedra—, la pulguilla de la patata y la muy impopular polilla guatemalteca que afecta también a este tubérculo.

Junto a estas plagas conviven otras que fueron exóticas un día, pero que han acabado siendo prácticamente endémicas, como el goníptero del eucalipto, que entró en Galicia a principios de la década de los años 1990; el chancro del castaño, presente desde finales de esa misma década; la procesionaria, que viene afectando a los pinos desde finales del siglo pasado, o la plaga de hongos que ha diezmado la población de alisos en las riberas de los ríos en la última década.

Una de las epidemias más recientes es la de la avispilla del castaño, que se descubrió hace dos años en ejemplares del campus lucense y que ya se ha detectado en otras partes de la provincia, además de en A Coruña y Ourense. La Xunta no ha diseñado aún estrategia alguna para luchar contra ella y, según la Indicación Xeográfica Protegida Castaña de Galicia, sus efectos empiezan a notarse en la producción, puesto que afecta al fruto y reduce el crecimiento para madera.

Según Fina Lombardero, la investigadora del campus de Lugo que la detectó, la consellería ha hecho sueltas experimentales de Torymus sinensis, un parasitoide antagonista de la avispilla. Sin embargo, esta medida se paralizó de forma cautelar porque existe la sospecha de que puede afectar a especies nativas o hibridarse con otros insectos autóctonos. La única arma, ahora mismo, es eliminar las agallas que forma el insecto.

Las plagas no solo afectan al reino vegetal. De hecho, una de las más impopulares y reciente la protagoniza la Vespa velutina, que está diezmando la población de abejas autóctonas. La Xunta tiene un programa de vigilancia y control que, hasta el momento, no ha podido frenar su avance. A medida que pasan los meses, el frente invasor se adentra cada vez más en el interior de Galicia. La Asociación Galega de Apicultura, asegura que ya se ha extendido por las dos terceras partes del territorio autonómico.

La estrategia principal consiste en eliminar los nidos, para lo que hay que llamar al 112, y capturar a las reinas antes de que estas inicien uno nuevo. Para este fin se han distribuido 5.600 trampas con atrayentes entre los apicultores, que tienen ya asumido que el objetivo más realista es el control de la población. "A eliminación completa xa non é posible", indica Jesús Asorey, de Aga.

Asorey también alerta de la importancia de no confundir la velutina con la avispa autóctona. "A familia dos véspidos en xeral está en expansión debido á meteoroloxía máis suave por iso agora vense máis na zona sur de Lugo e a xente moitas veces pensa que é a velutina, pero non é", añade. Aclara que no conviene destruir a la especie autóctona porque es un freno contra la invasora.

AMENAZAS. Aunque no se han declarado brotes todavía en Galicia, hay plagas que están a las puertas, como el fuego bacteriano, que afecta a las rosáceas, dentro de las que se encuentran los manzanos, perales y membrillos, y que se encuentra ya en El Bierzo. Castilla-León tiene un plan de contingencia desde 2008, con medidas como el arranque y destrucción de ejemplares afectados, pero persiste.

El sector de la vid, que tiene que luchar periódicamente contra el mildiu, el oídio o la filoxera, viene temiendo desde hace tiempo la entrada de Xylella fastidiosa que, sin embargo, se ha manifestado en Europa a través de los olivos. Se detectó primero en Italia y ya ha habido un brote en Baleares. "Una vez que llega, es imparable", apunta Cristina Cabaleiro.