La dueña de un 'compro oro', juzgada por romper los dientes a una clienta

Los médicos y un policía que atendieron a la víctima dudan que perdiera las piezas por la agresión. La acusada reconoce que ambas se abofetearon y la afectada también fue acusada

Una clienta que empeñó varias joyas en un establecimiento de la Praza Bispo Odoario declaró este miércoles en la Audiencia Provincial de Lugo que la propietaria del negocio le propinó un puñetazo en la cara y le partió dos dientes.

La mujer explicó que el 7 de mayo de 2014 acudió a la compraventa para reclamar varias joyas que había depositado unos meses antes. "Me enteré de que los relojes no se enviaban para hacer lingotes y fui a recuperarlos. Sin embargo, la dueña me dijo que no me los devolvía y empezamos a discutir. De repente, me empezó a insultar, me dijo que era una borracha y que las joyas que empeñaba me las regalaban hombres casados. Además, me dio un puñetazo en la boca y me retuvo en la tienda hasta que llegó su hijo, que amenazó con matarme".

La mujer contó además que se quedó "muy aturdida" y que cuando logró marcharse del establecimiento -después de que llegara la Policía Nacional- regresó a su coche, donde la esperaba su madre "y fue ella la que se dio cuenta de que tenía dos dientes rotos", contó.

La dueña del negocio, por su parte, ofreció una versión muy diferente de lo sucedido. Según explicó, la clienta le pidió las joyas y ella le dijo que ya no las tenía porque ya finalizara el plazo para recuperarlas. "Me decía que le devolviera los relojes, pero ya los había mandado a fundir y le expliqué que no los tenía. Entonces empezó a insultarme y a citar a mi madre, que acababa de fallecer. Le di una bofetada en la cara, no un puñetazo, y ella me la devolvió. Fue un impulso y me arrepentí en ese mismo momento".

La mujer negó que le rompiera los dientes con el golpe y aseguró que ya le faltaban varias piezas. "Vino varias veces por la tienda y se veía claramente que le faltaban dientes. Yo solo le di con la mano abierta en la mejilla", afirmó.

En el transcurso del juicio también prestaron declaración los médicos y un policía que atendieron a la mujer tras el altercado. Uno de los facultativos dijo que tenía las encías inflamadas y la remitió al dentista. Sin embargo, tanto los doctores como el agente reconocieron que tenían dudas de que la mujer perdiera los dientes por esa agresión.

Tras escuchar estos testimonios, la vista se suspendió porque no pudo asistir la dentista que atendió a la clienta el día después de la agresión, ya que las partes consideran que su testimonio es fundamental. El fiscal acusa a las dos mujeres de lesiones y pide un año de cárcel para la clienta y dos años y dos meses de prisión para la dueña del negocio.

Comentarios