El número de lucenses que emigró crece un 44% en los últimos siete años

Hay 70.274 inscritos de la provincia en el padrón de españoles en el extranjero, lo que supone 21.734 más que en 2009 ►En el último bienio el censo siguió creciendo pese a la recuperación económica
Sergio Farré, al fondo con barba, junto a otros 11 enfermeros españoles recién llegados a Irlanda
photo_camera Sergio Farré, al fondo con barba, junto a otros 11 enfermeros españoles recién llegados a Irlanda

La crisis económica ha empujado a los lucenses, sobre todo a los mejor formados, a buscar en la diáspora una oportunidad laboral que le negaba la tierra que les vio nacer. A 31 de diciembre de 2016 había 70.274 lucenses inscritos en el padrón de españoles residentes en el extranjero, 21.734 más que hace siete años, lo que supone un incremento del 44,8%.

Estos datos aparecen recogidos en una respuesta parlamentaria que el Gobierno central le acaba de dar a la diputada socialista en el Congreso por la provincia de Lugo Margarita Pérez Herraiz.

Esos 70.274 lucenses inscritos en el padrón de españoles residentes en el extranjero equivalen a una quinta parte de la población de la provincia de Lugo y a casi la conjunta de los 15 municipios que integran A Mariña.

Ese aumento ha sido paulatino desde 2009, incluso creció en el último bienio, pese a que se aprecia cierta recuperación económica tanto en España como en Galicia. En 2016 había censados en la diáspora 1.608 lucenses más que el año anterior, una subida del 2,3%.

Enfermeras y veterinarios son los profesionales de la provincia de Lugo que más optaron por hacer las maletas y subirse al avión, casi sin poder echar la vista atrás. El Reino Unido y Sudamérica son algunos de los destinos que les resultan más atractivos.

Patronal y sindicatos coinciden en que es preciso frenar la sangría que supone 'la fuga de cerebros' de la provincia de Lugo, que atribuyen a las pocas salidas laborales que se les ofrecen y al recorte de la inversión en investigación.

RECIÉN ATERRIZADO. Sergio Farré, un enfermero de Burela de 22 años de edad, pasará a engrosar esa lista de profesionales cualificados que tienen que poner tierra de por medio. Acaba de llegar a Drogheda (Irlanda). Ya viajó con una oferta cerrada de trabajo. Este lunes comenzó su labor en un hospital público de esta ciudad industrial y portuaria que se encuentra al norte de Dublín.

"En Galicia el trabajo resulta difícil de conseguir cuando tienes poca experiencia laboral. Sin embargo, aquí te ofrecen empleo de forma continua, con un buen salario, unos 2.000 euros mensuales, que es el más bajo, y en un hospital público", afirma este enfermero burelés, que añade que firmó "un contrato indefinido, pero no blindado".

Frente a esas condiciones laborales "muy buenas" que se ha encontrado en Irlanda, en su Mariña natal estuvo trabajando en hospitales y centros de salud "con contratos diarios o semanales" en verano. Sergio Farré viajó a Irlanda con una veintena de jóvenes enfermeros españoles -otro de ellos es gallego, de Cambre (A Coruña)- a los que reclutó una agencia de colocación ante la carencia que tiene este país anglosajón de personal formado.

En Irlanda este enfermero de Burela se ha encontrado con muchos emigrantes de España, pero también de Grecia, Italia e incluso la India. "Incorporan personal de países en donde hay excedente de profesionales sanitarios", explica.

Esa experiencia laboral en el extranjero le podría abrir en el futuro las puertas en España. Pero Sergio Farré no tiene un objetivo decidido. "Si me surgiese un empleo digno en mi país volvería, pero si no aquí me encuentro bien", puntualiza.

DE VUELTA. Horacio García, geógrafo lucense de 34 años de edad, es otro ejemplo de un profesional cualificado que emigró. Este joven pasó los dos últimos años compaginando investigación y docencia en la Universidad de Concepción, en el centro de Chile.

"Allí te ofrecen una gran seguridad laboral, mientras que aquí hay una incertidumbre muy grande tanto en la investigación como en la docencia", afirma este emigrante retornado, que recuerda que tres de los 12 miembros de su departamento eran españoles. Hace un mes regresó a Galicia. Le surgió un contrato en la Universidade de Santiago. Optó por esta oportunidad "temporal" frente al contrato "indefinido" que tenía en el país andino.

Se marchó porque "o eres un fenómeno, fenómeno, fenómeno, y aún así no te aseguran un sitio, o es muy complicado" encontrar trabajo, dice Horacio García, que augura que los recortes públicos que se han llevado a cabo en investigación tendrán "graves consecuencias" en el futuro.

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