Un excuñado confiesa haber asesinado a una familia desaparecida en Francia

El homicida confeso y su expareja fueron detenidos en Brest, en la Bretaña francesa. El robo de unas monedas de oro, móvil de los crímenes
Los cuatro miembros de la familia Troadec
photo_camera Los cuatro miembros de la familia Troadec

Un excuñado de Pascal Troadec, el padre de la familia francesa que desapareció sin dejar rastro el pasado 16 de febrero, ha confesado ser el autor del cuádruple asesinato, informó el Fiscal de Nantes (noroeste del país). El homicida confeso y su expareja, la hermana de Troadec, fueron detenidos este domingo en Brest, en el extremo occidental de Bretaña.

Los dos sospechosos ya habían sido interrogados el pasado día 25, después de que la policía hubiera encontrado en la vivienda familiar de los Troadec en Orvault, a las afueras de Nantes, abundantes trazas de sangre de los dos padres, Pascal y Brigitte, y del hijo, Sébastien (21 años). No se encontró sangre de la hija, Charlotte (18 años).

El presunto asesino, Hubert Caouissin, había dicho en el primer interrogatorio que no guardaba relación con la familia, a la que no veía desde hace años.

EL MÓVIL, UNAS MONEDAS DE ORO. El móvil del asesinato ha sido un contencioso que desde hace años tenían por unas monedas de oro de una herencia, según informó la Fiscalía francesa. 

El homicida, que contó con la complicidad de su exmujer, ya compareció ante el juez de instrucción. Los investigadores tratan ahora de localizar los cuerpos de esas cuatro personas, que según el asesino confeso, fueron despedazados y en parte incinerados antes de ser enterrados, señaló Sennès.

El autor del crimen -que podría ser condenado a cadena perpetua- había acudido a la casa de los Troadec en Orvault con ánimo de espiar, para intentar dar con las monedas de oro que sospechaba que su cuñado se había apropiado indebidamente en una herencia familiar. Acudió con un estetoscopio para captar las conversaciones en el interior de la vivienda de los Troadec, y después de que se hiciera de noche, se introdujo en el garaje, donde estuvo escondido hasta que pensó que todos estaban dormidos.

Del garaje pasó a la vivienda para buscar una llave que le daría acceso a las piezas de oro, pero, alertado por el ruido, Pascal Troadec bajó de su habitación armado con una palanca, se encontró a su cuñado y en el forcejeo que se produjo entre ambos el intruso le quitó la herramienta y lo mató con ella.

A continuación, hizo lo mismo con la madre y con los dos hijos antes de escapar y desplazarse a su propio domicilio en el extremo occidental de Bretaña, a unos 300 kilómetros de Orvault, donde le contó todo a su expareja.  La noche del día siguiente volvió a la escena del crimen para llevarse los cadáveres y borrar pistas.

La hermana de Pascal Troadec podría ser condenada a tres años de cárcel por haber ayudado a Caouissin a borrar huellas del crimen. La Fiscalía ha pedido para ambos el ingreso en prisión provisional.

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