El enigmático personaje pontés

Los que lo conocieron definen a Xaquín das Herbas como un hombre misterioso y poco hablador. No hay nada certero en la historia de este invididuo que merodeó por As Pontes durante los años 50. Pese a ello, los vecinos continúan recordándolo y las leyendas que sobrevuelan sobre él siguen transmitiéndose de generación en generación

HOMBRE MISTERIOSO, poco hablador, educado y muy culto. Así es como definen a Xaquín das Herbas aquellos vecinos que tuvieron ocasión de conocer a este personaje enigmático que merodeó As Pontes durante la década de los años 50.

No se sabe a ciencia cierta cuál era su origen y qué fue lo que lo llevó a recalar en la localidad. Algunos hablan de que se trataba de un escapado de la Guerra Civil y otros sitúan su procedencia en la mismísima Italia, de donde pudo huir por sentirse amenazado por Mussolini.


Sea como fuera, Xaquín das Herbas sigue siendo varias décadas después de su muerte un auténtico misterio, sobre el que sobrevuelan un sinfín de curiosas leyendas.

"Apareceu na vila nos anos 50. Din que viña dunha familia adinerada de Italia e que era contrario a Mussolini. Pénsase que puido chegar a España nas Brigadas Garibaldi para defender a II República", cuenta el concejal Antonio Castro, mientras explica que esta teoría se sustenta en un medallón que encontraron colgado del cuello de Xaquín das Herbas cuando apareció muerto en el año 58 en la granja de don Eulogio Rivera, ya abandonada por aquel entonces.

Otros siguen defendiendo que su procedencia podía estar en Galicia, concretamente en Pontevedra. Así constataba esta teoría Cándido Franco, un vecino ya fallecido y que mantuvo contacto con él. Y así lo reflejó en un artículo que se publicó hace años en la revista de las Festas do Carme.

Algunos sitúan su origen en una familia adinerada de Italia, mientras que otros defienden que era un escapado de la Guerra Civil

"Por su acento se supone que era gallego y probablemente de Pontevedra, porque sabía picar piedras como el mejor profesional", relataba Cándido en su escrito, haciendo hincapié en que "apareció en A Capela, internado en un bosque, y se alimentaba de hierbas y hojas de árboles", una costumbre a la que debería el alias por el que era conocido.

En este artículo, el vecino pontés también hacía referencia al posible pasado militar de Xaquín das Herbas. "Todos sus modales indicaban que había sido militar y que no había nacido tarado. Tal como se hallaba, se suponía que algún revés de la vida sería la causa de su anormalidad".

También reflexionaba sobre su indumentaria, muy llamativa para los vecinos. "Era de corte guerrero y la confeccionaba con ropas que le daban. Pantalón y gorra de plato con una estrella, todo elaborado por él con ingenio y maestría", aseguraba Franco.

El cronista oficial de As Pontes, el cura Enrique Rivera Rouco, también lo definía como un "guerreiro". "Tiña ese espírito, tanto na vestimenta que levaba como nos seus modais", contó hace años a través de las ondas de Radio Eume, la emisora local pontesa, Rivera Rouco, quien recordó como se cubría con cordones y polainas las piernas y llevaba un palo al hombro, como si de un rifle se tratase.

Además de todas estas leyendas que siguen transmitiéndose de generación en generación sobre este curioso hombre, también se cuenta que se resguardaba en un roble hueco al pie del puente romano.

No pedía, pero los vecinos le daban desinteresadamente alimentos, aunque "nunca aceptou residir nin ser acollido en ningunha vivenda", contaba Rivera Rouco, por lo que ese árbol majestuoso, que sigue en pie sobre el río Chamoselo, fue durante años su mejor escondrijo.

Las anécdotas se agolpan en la cabeza de los que tuvieron la oportunidad de conocerlo. "Recordo que se poñía diante da casa da miña nai. Non pedía nada, pero cando lle sacaba o prato de caldo, pan e algo de viño el dicía grazas e marchaba", cuenta José María López Ferro, presidente de la Fundación Museo Etnográfico Monte Caxado, quien indica que "non hai nada seguro na historia deste home. Se aparece ese medallón do que se fala, habería un fío por onde tirar", confirma.

RECUERDO. El recuerdo de Xaquín das Herbas continúa vivo en As Pontes, gracias a que hace años se le concedió una calle, justo pegada al roble donde dormía. Además, los vecinos recuerdan cómo se creó una comisión para recaudar dinero para su entierro. "Todo o mundo colaborou, a sorpresa levámola cando o cura cobrounos 250 pesetas", rememora el concejal Antonio Castro, quien participó en esa colecta siendo apenas un niño.

Este curioso personaje, envuelto en un halo de misterio, también fue protagonista de una canción del grupo mugardés Estimaba que viñeras, por lo que su recuerdo permanecerá vivo por mucho tiempo.

Hoy día, sus restos descansan en el cementerio de As Campeiras, donde un empresario local le confeccionó hace ya unos años un pequeño mausoleo en el que los vecinos le siguen dejando flores.

Comentarios