"Me extirparé los pechos porque tengo muy claro que me sobran"

Todavía no se atreve a hacer público su nuevo nombre masculino con el que se autobautizó el día que cumplió los 17 años. "Fue mi regalo de cumpleaños. Les pedí a todos que, a partir de entonces, me llamasen con el nuevo nombre masculino que había elegido y así fue", explica Óscar, por así decirle.

Este chico —que acaba de iniciar Psicología— tiene muy claro, a sus 19 años, lo que es y lo que quiere ser. Y, pese a que huye de etiquetas de género, busco yá, desde los 3 años, cómo encajar en un sexo que no era el suyo. "Me gustaba que me tratasen como a un niño. Siempre me sentí un hombre y me vi dentro de un físico con el que no estoy a gusto. Por eso quiero hacer la mastectomía. Lo tengo clarísimo. Me extirparé los pechos porque sé que me sobran. Los demás pensaban que era rarito hasta que indagué en internet y vi que se podía ser transexual. Pero lo importante es que soy quien soy y como soy, sin más y no tengo por qué etiquetarme", explica.

Óscar llevó uniforme en el colegio. Su vestimenta era como el del resto de las niñas: jersey y falda. Lo usó hasta quinto de Primaria. A partir de ahí, no se apeó de la camiseta y los vaqueros, siempre masculinos. "Siempre hay alguien que se mete contigo pero lo peor, en mi caso, fue la poca aceptación familiar que tuve. Mi madre no me aceptó y acabó echándome de casa. Mi padre, en cambio, sí me apoya mucho, al igual que mi hermana que, en cuanto se lo dije, me contestó: "Ya me lo esperaba", asegura.

Óscar comenzó a inyectarse testosterona en diciembre. Acude a un endocrino privado dado que el Sergas le dio cita para dentro de un año. "Ya noté sus efectos: me salen gallos en la voz, tengo bigote 'de portuguesa' y desarrollé más musculatura", afirma.

Además de este tratamiento, Óscar también tramitará los papeles para inscribirse con su nuevo nombre en el Registro Civil y en el carné de identidad.