El Hula atiende cada año entre uno y tres casos nuevos de transexuales

El Sergas comenzó, hace cuatro meses, a realizar mastectomías a pacientes que inician el proceso de cambio de sexo ►Adolescentes de 13 y 14 años recurren a asociaciones como Arelas para que medien ante el rechazo que sufren en casa
Óscar, tapándose sus pechos con las manos
photo_camera Óscar, tapándose sus pechos con las manos

CUANDO SARA le preguntó, hace nada, a su madre: "Mamá, ¿por qué no lo hicimos antes?", Cristina Palacios, la presidenta de la asociación Arelas, tuvo el convencimiento de que el paso que ella y su pareja, Suso, habían dado hace tres años, de visibilizar a su hijo como la niña que desde muy pequeño quiso ser, había sido el correcto e incluso había llegado más tarde de lo que debería.

El caso de Sara, la niña lucense que fue la primera en realizar el tránsito social, abrió las puertas a una condición sexual que, hasta hace unos años, era totalmente tabú y solo se vivía de puertas para adentro y que ahora comienza ya a ser aceptada a nivel social a través de los testimonios de distintos jóvenes que dan el paso de visibilizarse como lo que siempre fueron sin ningún tipo de tapujos.

Esta apertura social trajo consigo, a su vez, un tímido reconocimiento de los derechos de los transexuales, que ya pueden cambiar el nombre en el Registro Civil y el nombre y sexo en el DNI.

También, desde hace un año, los centros educativos gallegos cuentan con un protocolo de actuación que seguir en casos de transexualidad manifiesta. Un logro del que fue arte y parte la presidenta de Arelas y madre de Sara, al ser el primer caso de un menor que hizo el tránsito social en Galicia.

"O protocolo foi un paso moi importante porque obriga aos mestres a respectar o novo nome e a nova identidade sexual dos nenos e tamén porque lles dá aos orientadores o papel de mediadores entre os menores transexuais e as súas propias familias. Todos os rapaces que se puxeron en contacto connosco sufriron acoso escolar en forma de insultos, agresións ou non contando con eles para nada", explica Cristina Palacios que, extrapolando una estadística elaborada a nivel mundial, calcula que puede haber entre 30 y 35 nacimientos de menores transexuales al año en Galicia.

RECHAZO. Desde Arelas, los datos se vislumbran un poco aterradores. Entre las peticiones de información que reciben a diario, por parte de distintos jóvenes, cada vez tienen más incidencia las de adolescentes, de 13 y 14 años, que se dirigen a la asociación solicitando ayuda ante el rechazo que sufren por parte de sus propios padres.

Cristina Palacios, Presidenta de Arelas: "Hai casos nos que os seus propios pais chámanlles monstros e estanos a excluír socialmente" 

"Buscan axuda desesperadamente porque chegan a sufrir maltrato psicolóxico. Os seus propios pais chámanlles monstros e, deste xeito, estanos excluíndo socialmente. Un deles chegounos a dicir: "Solo quiero que mis padres me quieran". E pídenche que fales con eles e que medies no conflito. Mesmo hai algúns que foron ameazados polas súas familias para que non llo dixeran a ninguén!", indica Cristina Palacios.

Ese rechazo comienza muchas veces al ver que, con el paso del tiempo, el niño sigue reafirmándose en la identidad sexual contraria a lo que dicen sus genitales, pese a la falsa creencia paterna de que todo puede ser una etapa que, en algún momento, pasará.

"Pero non pasa, non pasa nunca porque esa é a túa identidade, a identidade coa que naciches e que non escolles. Xa lles gustaría a eles poder escoller porque iso implicaría menos sufrimento! Ao final, non doe a transexualidade. O que doe é a transfobia", afirma la presidenta de Arelas, que atiende a 60 jóvenes en toda Galicia, entre los cuales hay dos chicas Asperger, y de los que 10 son de Lugo.

El rechazo social de los transexuales eleva el índice de suicidios entre jóvenes. "O 83 por cento dos transexuais rechazados pensan no suicidio antes dos 20 anos e o 41 por cento inténtano", afirma Cristina Palacios.

HULA. El proceso del cambio de sexo y los recursos sanitarios que el Sergas pone a disposición son otras de las consultas más habituales en Arelas. En este sector, también se movió ficha: se están dando tratamientos, tanto con bloqueadores como hormonales, entre preadolescentes y adolescentes.

Además, desde hace solo cuatro meses, el Sergas comenzó a realizar mastectomías a jóvenes transexuales. Hasta el momento, se hicieron tres en Galicia, ninguna en Lugo. Para acceder a estos tratamientos, primero hay que pasar por la consulta de un psicólogo, que emitirá un informe, requisito que genera reticencias entre los afectados.

"É inconcebible que un psicólogo teña que diagnosticar se es un home ou unha muller. Están a facer o papel de sexadores de polos. A identidade sabémola cada un de nós", opina la presidenta de Arelas.

Ya con el visto bueno del psicólogo, el paciente accede a la consulta de Endocrinología del Hula, donde se tratan actualmente 14 pacientes, según informa el doctor José María de Matías, quien prefiere hablar del término científico "disforia de género" en lugar del más común "transexualidad".

José María de Matías, endocrino: "Se habla de disforia de género porque se sienten atrapados en un cuerpo extraño para ellos, lo que les causa estrés"

"Se dice disforia de género porque estas personas sufren disconfort, desacuerdo, estrés con el sexo asignado. Se sienten atrapados en un cuerpo que resulta extraño para ellos", explica el endocrino.

Los tratamientos hormonales son sometidos a una estricta vigilancia con revisiones trimestrales, semestrales y anuales. Los efectos secundarios que produce esta medicación son diferentes dependiendo del sexo de cada paciente.

"En la ‘transgender’ mujer (paso de hombre a mujer) puede producirse toxicidad hepática, se incrementa el riesgo de trombosis venosa y, en un 1 por ciento, hubo casos de desarrollo de cáncer (colon, próstata y mama). En el ‘transgender’ hombre (paso de mujer a hombre) aumenta el riesgo cardiovascular y de osteoporosis y pueden producirse trastornos hematológicos", apunta el doctor De Matías.

PERFILES. Prácticamente el 100% de los pacientes transexuales que acuden a la consulta son mayores de edad y sus edades están comprendidas entre los 20 y los 30 años. Apenas hay en Galicia adolescentes o menores en tratamiento hormonal.

"La mitad de los pacientes son ‘transgender’ hombres y la otra mitad, mujeres. No existe un perfil preponderante. Todos ellos andan entre los 20 y los 30 años y tienen un nivel social y cultural muy variable y, salvo en un pequeño porcentaje, ninguno de ellos procede de ambientes sociales extremos", afirma el doctor José María de Matías.

El endocrino añade, por otra parte, que el número de pacientes con disforia de género se mantuvo estable, a lo largo de los últimos diez años, en la práctica totalidad de centros hospitalarios de la comunidad autónoma gallega.

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