Se le cae el techo por los okupas: "Estoy buscando local en otro sitio porque así no puedo trabajar"

Ana Álvarez quiere trasladar su agencia de viajes de Camiño Real por los reiterados daños que un piso ocupado causa en su establecimiento
El almacén de la agencia de viajes
photo_camera El almacén de la agencia de viajes

"Vamos a hacer el cambio. Ya estoy buscando un local en otro sitio porque así no puedo trabajar. Estoy perdiendo clientes y no tengo vida. No duermo por las noches pensando en cómo me encontraré el local por la mañana y los fines de semana vengo cada día para ver cómo está", dice Ana Álvarez, que hace tres años instaló una agencia de Viajes Ecuador en Camiño Real, que hace unos días se inundó y en la que ahora se desprende el techo.

En el edificio contiguo, un inmueble viejo que estaba vacío, se instaló hace aproximadamente un año una familia que ocupó el segundo piso. Comenzaron los ruidos y, según relata Álvarez, comportamientos muy peligrosos. "Una tarde tiraron a la calle dos ventanas. Justo acababa de pasar un grupo de niños del colegio, de los pequeñitos, por poco no los pilla. La Policía solo les dijo que tenían que recoger los cristales", explica.

La Policía Local dijo a la empresaria que los okupas tienen el agua enganchada con una tubería que perdía constantemente



Hace dos semanas, cuando estaba de viaje fuera de España, su local amaneció inundado y el agua venía del edificio contiguo, en teoría vacío, donde se supone que no hay suministro. Fueron sus padres los que en su nombre llamaron a la Policía y advirtieron al Banco de Sabadell de lo sucedido, ya que según pudieron saber el edificio es de Solvia, la inmobiliaria de esa entidad.

El lunes se encontró con que parte del techo había comenzado a desprenderse y volvió a llamar a la Policía Local, que le dijo que se les cortaría el agua, que tenían enganchada ilegalmente con una tubería agarrada con cinta aislante que perdía constantemente. "Se la cortan pero creo que la vuelven a enganchar porque no deja de filtrar", dice, al tiempo que señala que también tienen la luz enganchada e instalado internet.

La empresaria avisó al banco, pero no cree que vaya a tomar medidas. Indica que le dijeron que el desalojo del edificio ya se había solicitado en septiembre del año pasado pero después supo que en realidad no se presentó hasta este mes de enero. "Estos meses son claves para el negocio, es el momento en el que se hace la venta anticipada del verano. Ya tengo clientes que se van y no puedo permitir que le ocurra algo a alguien", señala.

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