Agentes del subsector de Tráfico de Lugo detectaron este domingo un vehículo que sobrepasaba en 87 kilómetros por hora la velocidad permitida. No obstante, no se trataba de ningún vehículo deportivo o de gran cilindrada como suele suceder en estos casos, sino de un Seat León que circulaba a 187 kilómetros por hora en un tramo señalizado a 100.
El coche fue detectado por un radar móvil de Tráfico en el kilómetro 12 de la autovía Lugo-Santiago, la A-54. Se trata de un tramo con una recta bastante larga, apenas interrumpida por una curva muy abierta y en bajada, uno de los puntos en los que habitualmente se detectan infracciones de velocidad bastante llamativas. El Seat León circulaba por ese punto en torno a las 10.30 horas, cuando el cinemómetro del radar móvil de la Guardia Civil saltó a 187 kilómetros por hora.
El conductor se arriesga a ser acusado de un delito contra la seguridad vial, 600 euros de multa y la pérdida de 6 puntos
Sin embargo, según confirmaron fuentes de Tráfico, no se le pudo dar el alto en ese momento, por lo que seguramente el conductor se lleve la desagradable sorpresa cuando en los próximos días le llegue la denuncia a casa: su acción, que implica la acusación por un delito contra la seguridad vial, lleva aparejada una multa de 600 euros y la pérdida de seis puntos del carné.
A LA FUGA. Quienes sí fueron identificados son dos lucenses que en la noche del viernes al sábado sufrieron sendos accidentes en la capital, con la particularidad de que ambos abandonaron su vehículos y se marcharon a pie.
El primero fue E.J.S.D.B., de 33 años, que en torno a las dos de la madrugada se salió de la calzada y chocó contra un árbol de la calle Carvalho Calero. Tras dejar allí el coche y la documentación, la Policía Local logró localizarlo cerca de su domicilio. Le realizó la prueba de alcoholemia, que dio positiva, con 0,81 mg/l.
Tres horas después, J.R.G. se salió de la vía cuando iba por Agro da Torna, yendo a parar su coche a A Carballeira, aunque sin chocar con ningún árbol. También los agentes consiguieron localizarle, aunque en esta ocasión o no se le practicó ninguna prueba o esta dio negativa. El joven, de 23 años, alegó que se había marchado del lugar del accidente porque se asustó y no supo qué hacer.
