Los seguros sanitarios privados crecen un 1,7% en un año y dan cobertura ya a 46.459 lucenses

El temor a las listas de espera, la contratación de pólizas a través de empresas y una política comercial más agresiva de las aseguradoras están detrás del incremento. Los beneficiarios de las pólizas suelen recurrir a la sanidad privada para patologías benignas y revisiones pero recurren a la pública para las enfermedades graves o complejas
Interior de un quirófano
photo_camera Interior de un quirófano

Un total de 46.459 lucenses cuentan con la cobertura de un seguro privado de salud, un sector cuya presencia en la provincia creció un 1,7% en el último año, según los datos del Icea, el instituto de estadística y estudios del sector seguros en España.

Ese incremento es una tendencia que se reproduce en todo el país y las razones son también comunes. El temor a las largas esperas en la Seguridad Social es una de ellas, al igual que el hecho de que cada vez más empresas contratan pólizas para sus empleados. En este caso se dan ambas opciones: la de las compañías que las suscriben directamente y las dan como plus a sus trabajadores y la de las ofertas colectivas, que son abonadas por el trabajador con un precio más competitivo que el que tendrían en el caso de contratarla a título particular.

Además, en los últimos años se percibe una política comercial más agresiva, con seguros más baratos o coberturas más amplias. "As aseguradoras son conscientes de que hai cada vez máis demanda e ofrecen un mellor producto, más personalizado, con ofertas familiares e cunha ampla selección de profesionais médicos para que os asegurados poidar ir ao da súa elección. Incluso ás veces, se o médico non traballa con asegurados dunha póliza, ofréceselles un vale reembolsable para que poidan ir a esa consulta", explica Héctor Bello, presidente del Colegio de Mediadores de Seguros de Lugo.

"Me hice un seguro privado cuando lo ofreció mi empresa a un precio muy competitivo. Mis hijos tienen otro diferente por el que pago un mínimo al mes y diez euros por cada consulta", explica Ana Rodríguez. Otro usuario, Francisco López, apunta que, en la misma póliza, tienen cobertura su hija y él. "Incluye el odontólogo, con dos veces que vaya la niña ya lo he amortizado", apunta.

La amplia oferta de especialistas es clave y, de hecho, según señalan fuentes del sector, puede constituir la base del éxito para algunas compañías. Alguna aseguradora concentra tal número de asegurados que, aunque pague muy poco por cada consulta, son pocos los facultativos que ejercen en la privada que renuncian a ella porque atrae a muchos pacientes.

Aunque no falta quien abona consulta a consulta, la mayoría de usuarios de la sanidad privada lo hacen a través de una póliza. "Nosotros percibimos que ha aumentado la actividad. Es verdad que tenemos más médicos, lo que también influye. La gran parte de los pacientes que acuden a nuestro hospital tienen un seguro", confirma Justo Jorge, gerente de Polusa, uno de los dos hospitales privados de Lugo.

DOBLE. Aunque la provincia siempre ha estado por detrás de otras gallegas en el doble aseguramiento, esa diferencia se está reduciendo. Gran parte de los asegurados están ya en esa situación, cuentan con un seguro privado pero también recurren al Sergas y, por regla general, el uso de uno u otro servicio viene marcado por la benignidad de la patología o por la percepción de esa benignididad. Muchos acuden a revisiones anuales (ginecológicas, oftalmológicas, urológicas...) en la privada, ahorrándose esperas, pero dicen que irían a la pública si sospechasen de algo serio.

"Creo que para algo grave da más garantías la pública, la verdad. El seguro privado me resulta cómodo, pero si pensara que se trata de algo serio preferiría la pública", dice López, aunque Ana Rodríguez discrepa: "El ginecólogo me hizo una batería de pruebas hace un tiempo por un problema y en un mes ya sabía qué ocurría. En el Sergas no sé lo que hubiera tardado y la espera es muy angustiosa", dice.

El caso de T. T. ejemplifica otro uso que se da a la privada: el de contrastar opiniones. En este caso ante una enfermedad como el cáncer. Esta mujer, con un tumor de mama, estaba siendo tratada en la pública cuando acudió a una consulta privada para pedir una segunda opinión sobre la conveniencia de cambiar de tratamiento. Como las de los profesionales de uno y otro ámbito discreparon, acudió incluso a una tercera. Acabó operándose en la privada y combinando el seguimiento que le cubre la póliza con la que le realizan en la Seguridad Social. "El seguro lo ofrecía mi empresa y agradezco haberlo tenido. Inicialmente no lo suscribí para mi marido y mi hija, pero después de esta experiencia, lo haré en cuanto vuelva a trabajar", explica esta lucense. Pese a todo, asegura que su apuesta es por la pública. "Si me dijeran que solo me puedo quedar con una, no lo dudaría: la pública", añade.

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