Un francés los descubrió en los años 60 y el hallazgo salió en El Progreso

Dos investigadores rescatan varios grabados medievales en Pena do Rei

Piden que se cataloguen y representan brújulas –cuyo significado se ignora dado que su forma es inédita– y también cruces ► Hay, además, diecisiete petroglifos de la Edad de Bronce
Una de las cruces
photo_camera Una de las cruces

Cuatro grabados en piedra medievales que simulan brújulas –círculos perforados con dos o tres flechas, de casi medio metro de diámetro, que indican las direcciones norte-sur y este-oeste–, dos cruces también medievales y 17 petroglifos más –estos prehistóricos, de la Edad de Bronce– con círculos y coviñas (cavidades) son los vestigios redescubiertos recientemente por el historiador Xabier Moure y el investigador Brais Rodríguez Romero en el monte Pena do Rei, en Marcoi-Santa María Alta, de los que había ya constancia desde hace 50 años pero que todavía están, la mayoría de ellos, sin catalogar. 

"Son símbolos únicos, que ninguén viu. Asemellan un compás con frechas atravesadas. Están moi marcados, foron feitos con moita perfección, para perdurar no tempo e verse ben. Están tamén pouco erosionados, por iso poden ser medievais. Nun deles, ao final da punta da frecha que indica ao oeste, vese unha pía artificial. Atópanse todos concentrados nun espazo de 150 metros a 1 quilómetro", afirma Xabier Moure, que comunicó la existencia de estos restos al Concello y a Patrimonio con el fin de que sean catalogados. 

Si extraños son los símbolos, más todavía es su significado. "Quizáis sexan marcos xurisdiccionais, pero estes indicarían a ubicación dun mosteiro ou un castelo próximos e non hai ningún documentado. Só temos perto a torre de Aez", explica Xabier Moure, que fotografió estos hallazgos, algunos de los cuales se encontraban ya enterrados y cubiertos de hojas y de musgo.

Además de los círculos con flechas, también aparecieron otros dos grabados medievales en forma de cruz. Uno de ellos está situada cerca de Pena de Uz y de Outeiro das Camoiras y mide 1,50 por 1 metros. El otro, al lado de un antiguo camino, mide 67 por 23 centímetros y termina en una coviña artificial. Cuenta también con otra coviña hecha por mano humana, según el historiador. 

Moure sabía de los siete grabados tipo brújula pero solo pudo ver cuatro. Lo mismo pasó con los petroglifos de la Edad de Bronce: hay constancia de 30 –de los que dos ya están catalogados, el de Penafita y el de Penas do Castrillón, en Adai– pero solo pudo ver 17, todos ellos sin catalogar, al igual que las brújulas. "Nestes gravados prehistóricos, podemos ver círculos. Dos petroglifos falou xa o historiador Manuel Vázquez Seijas en 1959", indica.