Nadal vuelve a ser derrotado por Federer

El tenista español sucumbió ante el suizo, que se llevó el torneo de Miami
Nadal y Federer
photo_camera Nadal y Federer

Roger Federer se coronó este domingo campeón del Masters 1.000 de Miami y reafirmó que es el jugador más en forma del circuito en una reedición del clásico del tenis moderno ante Rafael Nadal, al que derrotó por tercera vez este año (6-3 y 6-4) con una seguridad propia de alguien por el que los años no pasan.

Era el año de Federer y lo había demostrado con creces con sus victorias en Australia e Indian Wells (EE UU), pero parecía que en Miami el cansancio podría hacer mella en él y que, ante su gran rival más fresco, su físico diría basta. Sin embargo, el suizo preparó una genialidad más para apuntarse un nuevo título (91), la tercera corona en Miami, lugar en el que ahora es el campeón de mayor edad.

A pesar de sus 35 años, Federer completó por tercera vez el binomio Indian Wells y Miami, algo que tan solo han podido hacer cinco tenistas más en la historia, ante un Nadal incapaz de hacerle daño en 2017 y que perdió su quinta final de un abierto que nunca ha conseguido ganar (2005, 2008, 2011, 2014 y 2017).


El plan de 
Nadal era que su contrincante no estuviese cómodo, que no supiese qué esperar por su parte, y le varió los golpes para provocar su error


Federer y Nadal firmaron la trigésimo séptima de sus épicas batallas en el lugar donde libraron la primera de ellas, en 2004, ante un público que acudió a las gradas sabiendo que verían un duelo que, con probabilidad, no se repetirá muchas veces más en el futuro en la pista central de Crandon Park. La locura se desató desde el inicio y la cancha se puso de parte de Federer en un torneo en el que Nadal tiene tradicionalmente el favor del respetable.

El manacorí dominaba el histórico de enfrentamientos ante Federer por 23 a 13, pero el lastre de sus últimas dos derrotas le dejaba en la posición de tener que demostrar una vez más que podía superar un desafío así, pero volvió a fallar. Ninguno estaba dispuesto a ceder en la primera manga, algo que impidió que se construyese un buen espectáculo tenístico, aun así, las fuerzas igualadas propiciaron que seis de los ocho primeros juegos albergasen puntos de rotura.

El plan de Nadal era que su contrincante no estuviese cómodo, que no supiese qué esperar por su parte, y le varió los golpes para provocar su error. Aunque lo desarrolló bien en sus saques, le faltó la guinda para conseguir la rotura necesaria. El suizo también incomodó al máximo, con sus 30 golpes ganadores (18 en el primer set) a su clásico adversario, que sufrió los efectos de una elevada humedad del 75% que hacía que casi se le marchase la raqueta de las manos.

Entonces sí, el español sacó gotas de la rabia de sus mejores tiempos y celebró que seguía vivo con su tradicional gesto con el puño cerrado y el "vamos" resonando en la pista. Pero aquello fue insuficiente para hacer peligrar el trono de Federer, sólido con su saque, que doblegó a Nadal por 6-4. Después de correr sin éxito para intentar salvar su saque por séptima vez, el español claudicó, superado.

Federer, feliz como pocos, continúa en Miami su cuento de hadas, después de medio año lesionado y cuando muchos ya le habían descartado para la alta competición, con una superioridad que le situará cuarto en el ránking de la ATP, más cerca, pero, a la vez, aún muy lejos de ese primer lugar que ocupó durante 302 semanas. 

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