Retorno al edén: El Lugo regresa al estadio donde logró el ascenso de 2012

Retorna al Ramón de Carranza cinco años después de esa gesta. Luismi y Rubén García recuerdan sus sensaciones de aquel partido
Luismi celebra el ascenso con Aitor en el césped del Ramón de Carranza
photo_camera Luismi celebra el ascenso con Aitor en el césped del Ramón de Carranza

"Todavía se me pone la gallina de piel, como decía Johan", cuenta emocionado Luismi Gracia, el futbolista que anotó el tercer penalti en la tanda más larga de la historia del Lugo. Este sábado (18.00 horas) la figura del jugador extremeño mandando el balón a la escuadra derecha de Aulestia volverá a la cabeza y al corazón de buena parte de la afición rojiblanca. Cinco años después de una gesta siempre recordada, el club retorna a un estadio que ocupa un lugar preferencial en su memoria.

"Fueron muchos recuerdos. El momento más álgido, de pura emoción, fue cuando Manu metió el penalti. Ahí salimos corriendo y celebrando sin saber a dónde íbamos", cuenta Luismi.

Pero para llegar a ese momento, en el que Manu envió al equipo a la Segunda División, el Lugo tuvo que sufrir. Padeció una odisea desde la mañana de aquel 24 de junio de 2012, en un día que fue eterno. "El día se hizo muy largo hasta el momento en que nos tuvimos que ir al campo. Las horas pasaban lentas y estábamos desando que llegase para ver qué pasaba. Dentro de cada uno de nosotros sabíamos que íbamos a hacer algo grande", rememora Luismi.

"Al tenerlo tan cerca estábamos más presionados por pensar que lo teníamos en nuestras manos y no lo queríamos dejar escapar"



"Al tenerlo tan cerca estábamos más presionados por pensar que lo teníamos en nuestras manos y no lo queríamos dejar escapar. Tal y como fue el partido, en el que no estuvimos bien porque ellos nos apretaron mucho, veíamos la posibilidad de que se nos escapara, pero en la prórroga y en ciertos momentos de la primera parte pudimos sacar algo más. Al final se tuvo que decidir en los penaltis", afirma Rubén García, que jugó como titular en la medular.

El ambiente creado en el Carranza dotó al encuentro de un aura de partido extremo, de sufrimiento absoluto, de infierno desde antes del pitido inicial. "Cuando vimos todo el ambiente que había nos sorprendió un poco. Nos lo imaginábamos, porque sabíamos cómo era la afición del Cádiz, pero el verlo desde el autobús, a tantas miles de personas, las bengalas... Recuerdo mucho cuando estábamos en el campo que tuvimos que cruzar todo el césped en diagonal para ir a los vestuarios. Se escuchaba a la gente de fondo como estaba cantando y ahí sí que noté el ambiente. Nos pesó un poco el pensar que estábamos jugándonos mucho y que la gente apretaba. Fue duro, pero tuvimos el punto de fortuna que hay que tener para lograr un ascenso", valora Luismi.

"Fue el ascenso más bonito de los que he vivido", concluye Luismi



Aquel duelo de vuelta fue una montaña rusa. "Cuando paró el penalti Miguel Escalona, creí que estábamos ascendidos. Después, en la segunda parte volvieron a apretar. Hubo una jugada clave, que fue el tiro en el larguero que pego yo, que botó y se fue fuera por milímetros. Si hubiera metido esa jugada se hubiera acabado la eliminatoria", dice García.

El Lugo logró rehacerse y alcanzar la gloria en la tanda de penaltis para comenzar una celebración en varias fases. La primera en el propio estadio, donde estuvieron "un buen rato porque Manu y Miguel tenían que pasar el control", según afirma Rubén García. Después en el hotel, en el avión o el autobús antes de llegar a Augas Férreas o al ayuntamiento, donde "solo veíamos cabezas", según dice García.

"Cuando llegamos a Lugo, con toda la gente que había, en el ayuntamiento, el ambiente, la emoción de la gente, que te cogía y te abrazaba como si te conociesen de toda la vida o si le dieses a la ciudad una alegría enorme. Fue el ascenso más bonito de los que he vivido", concluye Luismi.

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