El lucense que se destrozó la cara al caer en el adarve reclama 25.000 euros

La Xunta se los niega porque los usuarios saben el riesgo que asumen al ir por la muralla
Estado en el que quedó
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El lucense que se rompió la nariz y se destrozó la cara al tropezar y caer contra el enrejado de una de las ventanas arqueológicas del adarve de la muralla reclama 25.000 euros de indemnización a la Xunta, propietaria del monumento, por los daños sufridos y las secuelas. La Xunta le denegó su petición por la vía administrativa, por lo que ha recurrido a la judicial. La vista oral se celebró ayer en el juzgado Contencioso-Administrativo 2.

El accidente se produjo el 1 de mayo de 2014, cuando este lucense practicaba deporte en compañía de un amigo. Cuando corrían por el adarve, en mitad de la subida que hay pasada la catedral y en dirección al Círculo de la Artes, tropezó con el resalte de cemento que hay entre el suelo de tierra y la propia ventana arqueológica. Cayó de bruces y el golpe le provocó la fractura de los huesos nasales, desviación del tabique nasal, una contusión en el costado derecho y heridas por abrasión.

No obstante, los daños más graves que presentaba se debieron a que el enrejado de la ventana arqueológica tiene los bordes cortantes, no redondeados, por los que se produjo cortes en la cara, se abrió la nariz por la mitad e incluso quedaron pequeños trozos de carne pegados al enrejado.

El afectado, al que todavía le quedan cicatrices, presentó facturas e informes médicos que valoraban la indemnización a recibir en 22.716 euros más los intereses, es decir, unos 25.000. Consideraba responsable de lo sucedido a la Xunta, por no haber mantenido en buen estado el adarve y por utilizar un enrejado tan cortante en un lugar de paso tan frecuentado.

Sin embargo, la Xunta le denegó en la vía administrativa su reclamación sin entrar a valorar el fondo, alegando que entre la cantidad que reclama se incluyen los 5.000 euros que costaría la intervención de cirugía estética a la que debería someterse si en un futuro quiere eliminar las cicatrices que le quedaron en el rostro. Según la Xunta, la reclamación ha de plantearse a partir de que se finalice todo el tratamiento, incluida la operación, aunque ni siquiera esté decidido si va a someterse a la misma ni cuándo.

Esta negativa de la Xunta es la que fue llevada a la vía judicial, si bien en la vista oral ayer añadió otros argumentos: que la conservación del adarve era la correcta y que, literalmente, los que lo utilizan para correr y pasear ya saben los riesgo que asumen, y que cada quien debe decidir si pasa por encima de la ventana arqueológica o la rodea por el tramo de tierra que queda.

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