El 'desengaño amoroso' y las preocupaciones de los españoles por el Brexit

Londres activó hace poco más de una semana la salida de la Unión Europea
May recibe a Tusk
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Los comunitarios españoles residentes en el Reino Unido, donde emigraron en busca de un futuro mejor, sufren ahora un desengaño amoroso ante el escenario aún indefinido que plantea el Brexit o salida de la Unión Europea (UE), que Londres activó hace poco más de una semana. Así lo manifiesta Luz Villarrubia, fundadora del grupo de Facebook Españoles en Reino Unido. Surviving Brexit, que engloba a más de 3.000 nacionales de ese país y donde comparten sus dudas de cara a la próxima salida británica del club comunitario.

"A nivel emocional tenemos un desengaño amoroso, es como cuando rompes con un novio y piensas ¿me habrá querido alguna vez?", relata Villarrubia, al remarcar que están viviendo "mucha ansiedad, miedo e incertidumbre".

Esta madrileña de 47 años, 24 de los cuales los ha pasado en las islas británicas, lamenta además que el Brexit ha "legitimado sentimientos xenófobos" y que la campaña por el 'sí' antes del referéndum del pasado 23 de junio fue un "machaque" contra los emigrantes europeos. De hecho, al poco de conocerse el desenlace del histórico referendo del pasado 23 de junio -en el que el 51,9 % abogó por la separación de la UE frente al 48,1 %-, la policía británica registró un aumento notable de incidentes xenófobos contra comunidades de inmigrantes en varios lugares del Reino Unido.

En este sentido, Villarrubia lamenta el "escaso" apoyo recibido por parte del Gobierno español, que tras el plebiscito "se limitó a colgar un mensaje instando a la tranquilidad", argumentando que "aún quedan dos años para que la salida se haga efectiva". Tiempo que, a su juicio, es "muy corto". "Mi contrato de trabajo es de tres años, tengo una hipoteca a 18 años...¡dos años no son nada! La gente tiene que planear su vida a medio y largo plazo", precisa.

La primera ministra británica, Theresa May, activó el pasado 29 de marzo el artículo 50 del tratado de Lisboa, poniendo en marcha formalmente el inicio de la ruptura entre Londres y Bruselas, que deberán negociar durante los próximos dos años los términos de la desconexión y establecer cuál será su futura relación. La situación legal de estos expatriados es, según ha recalcado May, un asunto prioritario a resolver para su Gobierno, si bien aún no hay nada decidido.

Ante un futuro todavía sin definir, los trabajadores españoles comparten inquietudes al vislumbrar su futuro plagado de interrogantes, como Alejandro Acción, un madrileño de 26 años dedicado a la hostelería, un sector en gran parte dependiente de los jóvenes profesionales que hay en Londres. "Si estos se van por el Brexit no sé cómo se verá afectada mi clientela", explica a Efe este joven, muy preocupado también por la vivienda.

"Yo quería invertir en un piso, pero como no sé cómo va a afectar la salida de Europa al precio de la vivienda, me veo forzado a seguir alquilando en vez de comprar", asevera. Otra de las cuestiones que más inquieta es si los trabajadores europeos van a necesitar un visado para trabajar en el Reino Unido, tal y cómo detalla Mateo Fernández. "Si la libertad de movimiento de personas se restringe exigiendo algún tipo de visa o papeleo es algo que va a tener un impacto directo en mi calidad de vida", sostiene.

Además, a Fernández le alarma el "efecto dominó" que pueda tener la salida británica del bloque comunitario con el resto de países de la unión, si ésta no se muestra cohesionada y fuerte en la negociaciones con Londres. "Si la Unión Europea da una respuesta frágil o no parece lo suficientemente unida hay muchos países que pueden pensar que están siendo miembros de un club que no es lo suficientemente contundente cuando tiene que abordar un problema serio", opina.

La sanidad pública es otro de los asuntos que más preocupa a personas como María Luisa Llorente, quien tras 16 años en Reino Unido junto a sus padres, ella enferma de alzheimer y él de cáncer, teme que no vayan a tener el acceso garantizado. La caída de la libra o la protección de los intereses de las grandes empresas españolas asentadas en Reino Unido, como Telefónica, Banco Santander o Ferrovial -que ya ha anunciado que va a dejar de invertir en el país- son también interrogantes a la orden del día entre la comunidad hispana.

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