La muerte del asesino de Larralde es una incógnita

En la primera autopsia realizada al finado no ha descubierto el motivo de la muerte, por lo que se han enviado diversas muestras a otros laboratorios
José Ramón Vega, condenado por el asesinato del boxeador Roberto Larralde
photo_camera José Ramón Vega, condenado por el asesinato del boxeador Roberto Larralde

La autopsia practicada al cadáver de José Ramón Vega —condenado a veintiún años de prisión por el asesinato del boxeador Roberto Larralde— no ha dado con las causas de su muerte, por lo que se han enviado diversas muestras a laboratorios de toxicología y anatomía patológica.

Según ha explicado el abogado del fallecido, Fernando Rodríguez Santocildes, el proceso podría prolongarse durante varias semanas. Vega fue hallado en su celda de la prisión de Teixeiro sin aparentes signos de violencia, y trasladado a posteori, al Instituto de Medicina Legal de Galicia.

Albañil de profesión, Larralde era miembro de una conocida familia de mercheros asentada en León.

LOS HECHOS. El veredicto del jurado refrendó que José Ramón Vega fue el autor material del disparo que acabó con la vida de Roberto Larralde por encargo del empresario Julio López, a cambio de una importante retribución económica. Este empresario había iniciado meses antes del asesinato una relación sentimental con la esposa del boxeador, Miriam Caballero, que completa el trío de condenados.

El cuarto condenando fue el detective privado Froilán Álvarez, a quien el fiscal consideró colaborador necesario y que —por su profesión— asesoró al empresario para preparar una coartada. El juez también consideró que la víctima se trataba de un partido "molesto", y que tanto Miriam como Julio urdieron en el crimen para mantener libremente su relación sentimental.

Con ese fin, el empresario encargó a Vega que acabase con la vida de Larralde, valiéndose de la amistad que mantenía con la víctima, ya que ambos habían coincidido en la cárcel en 2011. El asesinato tuvo lugar en un paraje de Santa Olaja de Rivera, cercano a León, al que la víctima fue conducido mediante engaños, ya que José Ramón Vega le indicó que se iban a reunir con unas personas para tratar sobre un alijo de droga.

Tras recibir un disparo en la cabeza, fue golpeado con saña para simular un ajuste de cuentas y posteriormente fue enterrado, si bien su cadáver no pudo ser localizado hasta el 19 de ese mismo mes, cuando ya se había activado un amplio dispositivo de búsqueda. La víctima de 37 años en el momento de los hechos, acababa de regresar al ring tras un paréntesis en su carrera y tenía previsto probar suerte en la categoría de los pesos pesados. 

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