La familia ya estaba segura, y el análisis de ADN lo ha confirmado sin lugar a dudas. Los restos óseos hallados en Castro de Rei el domingo 19 de febrero son los del octogenario José Torres Lodeiro, desaparecido el 7 de enero de 2011 en el barrio de Quintela de la parroquia de Orizón.
Su hija, Inés Torres, explicó que las autoridades les devolvieron ayer los restos de su padre, a los que ya han dado sepultura en el panteón familiar, y avanza que el próximo sábado, a las 18.00 horas, se oficiará una misa funeral en la iglesia parroquial de Santa Comba de Orizón.
«Estou contenta, porque despois da desgraza e sabendo que outra cousa xa non había, podémoslle dar un final», explica Inés, quien ya no albergaba dudas sobre la identidad de los restos localizados hace dos meses, apenas a un kilómetro de la vivienda de José Torres, puesto que tanto la ropa como las gafas encontradas se correspondían con las pertenencias de su padre.
Unos cazadores que estaban inspeccionando el lugar, una zona de monte comunal conocida como Bedro do Marco, se encontraron con los restos óseos y rápidamente avisaron a la familia, convencidos de que se trataba de José. Se dio aviso a la Guardia Civil, que inspeccionó el lugar, si bien se esperó hasta la mañana siguiente para proceder al levantamiento del cadáver y a la inspección de la zona, a cargo del forense y de agentes de la Policía Científica.
El pasado martes también se localizaban en una finca de Meira, a unos ocho kilómetros de su vivienda pero cerca de su casa natal, los restos mortales de Oliva López Tella, la octogenaria que había desaparecido el 16 de enero de su casa de Murias, en la parroquia meirega de Seixosmil.
