El exjugador de la NFL Aarón Hernández, condenado por asesinato, se suicida en su celda

Se ahorcó con una sábana una semana después de ser exonerado por un doble crimen, ya que tenía que seguir cumpliendo cadena perpetua por la muerte de un futbolista semiprofesional en 2013
El exfutbolista de la liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) Aarón Hernández, condenado por asesinato
photo_camera El exfutbolista de la liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) Aarón Hernández, condenado por asesinato

El exfutbolista de la liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) Aarón Hernández murió este miércoles al ahorcarse en la celda de un penal del estado de Massachusetts, donde cumplía una pena de cadena perpetua por un asesinato cometido en 2013. El departamento de prisiones informó en un comunicado de la muerte del deportista, de 27 años, e indicó que fue encontrado colgado en su celda en la madrugada del miércoles, hacia las 03.05 hora local (07.05 GMT).

Los guardias trataron de reanimarlo, pero al no obtener respuesta decidieron trasladarlo a un hospital en la ciudad de Leominster, donde un médico declaró su muerte.

Hace dos años, en abril de 2015, Hernández fue condenado a cadena perpetua sin derecho a fianza por el asesinato en 2013 de Odin Lloyd, un jugador semiprofesional de fútbol originario de Boston. En otro proceso judicial diferente, en mayo de 2014, fue acusado de la muerte de Safiro Furtado y Daniel de Abreu, dos hombres que fueron asesinados fuera de una discoteca en Boston. Sin embargo, la semana pasada, el 14 de abril, un jurado de Massachusetts declaró no culpable a Hernández de la muerte de estos dos hombres.

A pesar de ese reciente veredicto, tenía que seguir cumpliendo cadena perpetúa debido a su anterior condena.

Según el departamento de prisiones de Massachusetts, Hernández se ahorcó usando una sábana que agarró a una ventana de su celda, donde estaba solo. Además, intentó bloquear la puerta desde dentro colocando numerosos objetos.

La muerte de Hernández, que era una joven promesa del fútbol americano, se produce el mismo día en el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene previsto recibir en la Casa Blanca a su antiguo equipo, los Patriotas de Nueva Inglaterra, para felicitarles por ganar la Super Bowl.

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