Santa Cruz, parque temático militar

El Campo de Maniobras y Tiro (CMT) de Santa Cruz de Parga es un espacio imprescindible e indispensable para el entrenamiento de las fuerzas de seguridad y los militares, que llenan día tras día sus 141 hectáreas de superficie valladas, en las que se puede practicar con fuego real, lanzar granadas o asaltar casas.

JUGAR A LA GUERRA sin un enemigo real enfrente, para practicar todas las posibilidades de combate hasta que se conviertan en una rutina tan interiorizada como es respirar, resulta imprescindible para, cuando llegue el momento, afrontar con un mínimo de garantías un conflicto bélico o una misión de paz.

Es aquí donde instalaciones como el Campo de Maniobras y Tiro (CMT) de Parga, en la parroquia guitiricense de Santa Cruz, cobran un protagonismo esencial. Sus responsables lo definen como un parque temático. Y no es que le resten seriedad a esos vitales ejercicios en los que hay que repetir, repetir y repetir, sino que así describen gráficamente las múltiples posibilidades que se esconden en sus 141 hectáreas de superficie.

En 2016 pasaron por Santa Cruz 23.235 usuarios y 5.488 vehículos


Las instalaciones disponen de cinco campos de tiro en los que, según sus características, se pueden hacer prácticas con armas ligeras —hasta el calibre 12,70—, ya sean fusiles, pistolas, armas contracarro o ametralladoras. Y otro de tirador selecto, para ensayar disparos de precisión desde 600 a 900 metros de distancia.

También existen un campo de de lanzamiento de granadas de mano (CLGM), con dos puestos de lanzamiento; un campo de explosivos, limitado a cinco kilos de TNT; cuatro zonas de instrucción en combate urbano, o los denominados ejercicios Livex, que combinan fuego y movimiento.

Ante esta diversidad de prácticas —muchas se pueden hacer simultáneamente— tanto para combate tradicional como asimétrico —sin reglas, el enemigo puede estar en cualquier parte—, no resulta extraño que los entrenamientos en el CMT sean cada vez más demandados por unidades de todo tipo. Son hasta 39 diferentes, que van desde la Guardia Civil o la Policía Nacional hasta la Armada con base en Ferrol y Marín, pasando por casi todas las unidades del Ejército de Tierra o la Ume (Unidad Militar de Emergencias).

Incluso queda tiempo y espacio para la colaboración social, ya que el recinto acoge campeonatos de tiro autonómicos y nacionales, incluido uno con armas históricas, y ha servido de escenario para películas como 'Secuestrados en Georgia' o 'Lobos sucios'.

Con esta variedad de servicios y capacidad para albergar a unas 500 personas a un tiempo, no resulta extraño que sus cifras de ocupación suban año tras año. En 2016 pasaron por Santa Cruz 23.235 usuarios y 5.488 vehículos, lo que duplica las estadísticas de hace apenas un lustro, ya que en 2012 recibieron a unas 12.000 personas y menos de 2.000 vehículos, cifra que casi se ha alcanzado ya en los primeros meses de 2017.

Con esta progresión, la oferta de servicios crece a la par. Así, para los tiradores se recreó hace poco unos asentamientos de tiro que simulan la realidad, con muros, tuberías, tejados de casas... y están a punto de estrenar un nuevo campo para prácticas con fuego real de 34 hectáreas, que supone toda una mejora con respecto al que ya hay, que solo tiene seis.

Las instalaciones están a punto de estrenar un campo para prácticas con fuego real de 34 hectáreas

La previsión es seguir en esta línea, adaptando para el combate urbano los antiguos barracones del campamento militar —que estuvo en funcionamiento entre 1941 y 1971— e, incluso, se piensa en rehabilitar la antigua capilla.

También se prevé la construcción de una tercera nave de alojamiento, que se antoja necesaria por el incremento de usuarios, un servicio más que sumar a la llamada 'zona de vida' del CMT—este es uno de los pocos campos con instalaciones a cubierto para las unidades—, donde hay vestuarios y duchas con agua caliente, una zona de cocina con capacidad para dos cocinas de campaña, comedor, dormitorios, sala de operaciones y una zona de acampada.

Todo esto cabe en el que es el CMT más pequeño de España de los considerados de interés general —hay once para hacer prácticas, nueve de interés general (donde se pueden realizar todo tipo de ejercicios) y dos Cenad (Centro Nacional de Adiestramiento)— y el único existente en Galicia.

De febrero a junio y de octubre a mediados de diciembre son las épocas de mayor actividad, aunque en realidad hay ejercicios todo el año en un ir y venir constante de gente que contrasta con la plantilla del CMT, formada por 19 personas, una ratio fija para este tipo de instalaciones, aunque con una pequeña salvedad. En Santa Cruz, a diferencia de en otros, ellos también se responsabilizan de las instalaciones de vida.

El CMT, que depende del Mando de Adiestramiento y Doctrina a través de las jefaturas de apoyo a la preparación, es autosuficiente en muchos aspectos, ya que cuenta con su propia depuradora, manantiales para el abastecimiento de agua —tiene una concesión de la Confederación Hidrográfica Miño Sil hasta 2025— y se aprovechan los necesarios desbroces de su amplia zona boscosa para alimentar la calefacción.

Además, debe superar dos auditorías anuales en las que se hace un estudio global del campo y está sujeto a controles sonoros. El Inta (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial) hizo un estudio de ruidos hace un par de meses y solo se puede disparar de 8.00 a 23.00, o hasta medianoche en verano.

Aunque son conscientes de que la seguridad perfecta no existe y siempre se puede producir un fallo, las medidas de prevención son cada vez mayores, como la alambrada cinegética del perímetro, los espaldones —muros donde están los blancos— de más de 20 metros de alto y los merlones —muros laterales—, que protegen las zonas de prácticas.

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