Vecinos y la Científica acreditan la presencia del acusado en la casa del farmacéutico asesinado

Las huellas del procesado se encontraron en una caja de guantes de látex encontrada en una papelera

El sobrino del farmacéutico ourensano Tomás Milia (72 años), asesinado en octubre de 2013, ha señalado este martes en la Audiencia de Ourense que su tío "se sentía amenazado" y temía por su vida, a raíz de cambiar el testamento y dejar fuera a su esposo, de quien tenía previsto separarse.

Así lo ha confirmado durante la segunda sesión del juicio contra Alexandru M.L (22 años), acusado de homicidio, robo con violencia, hurto, atentado contra la autoridad e incendio, en la que varios vecinos han asegurado haber visto al acusado en el edificio el día de los hechos, así como en anteriores ocasiones.

A preguntas de la defensa, el sobrino de la víctima ha asegurado que su tío le había comunicado el temor de que su esposo se enterase que había cambiado el testamento, ya que tenía previsto separarse de él y que llegó a decirle que si se enteraba "lo mataba".

Sin embargo, tanto el hermano como la sobrina del fallecido han negado que su familiar les hubiese expresado en ningún momento sentirse amenazado.

Ante la insistencia de la defensa por preguntar en torno al divorcio de la víctima, la jueza ha advertido a la letrada que se trata de una línea de investigación cerrada y que no tiene que ver con el juicio a Alexandru M.L.

Durante la segunda sesión del juicio, varios de los vecinos del fallecido han señalado haber visto al acusado en el bloque en el que residía la víctima en diferentes ocasiones.

UN VECINO SE LO CRUZÓ EN EL ASCENSOR. Uno de los vecinos lo ha situado el día de los hechos, entorno a las 20,20 horas, cuando volvía de hacer deporte. El testigo ha señalado que se cruzó con él a la salida del ascensor y que no observó ningún comportamiento extraño ni restos de sangre en su ropa.

La portera ha confirmado haberlo visto entrar en el bloque en una ocasión anterior, aunque no el día de los hechos porque su horario remata a las 20,00 horas y el acusado, supuestamente, llegó más tarde.

En su declaración, la portera no ha podido precisar si vio al acusado acceder al piso de Milia en más ocasiones, aunque ha confirmado que "frecuentemente subían chicos jóvenes y morenos" a la vivienda y que algunos días "eran tres o cuatro visitas".

"En los últimos dos días iban muchos jóvenes", ha coincidido la vecina que vivía en el piso inferior y que el día de los hechos escuchó "gritos de auxilio ahogados" procedentes de la vivienda del farmacéutico. La mujer ha explicado que no llamó a la Policía porque "eran frecuentes los ruidos" en la vivienda de la víctima.

La presencia de jóvenes en la vivienda también era conocida por su viudo, que ya no convivía con el fallecido pero que tenía llaves de la vivienda, y que ha asegurado que esa tarde estuvo con su esposo.

El viudo, que ha insistido en que "no tenía ningún interés" en el testamento de su pareja, ha asegurado haberse enterado del crimen el día siguiente, a través de un amigo.

La segunda jornada del juicio también ha estado marcada por las declaraciones de la policía científica, que ha confirmado haber encontrado la huella del acusado en una caja de guantes de látex que apareció tirada en una papelera cercana al domicilio de la víctima.

Los agentes también han confirmado la coincidencia en las marcas de los cuchillos intervenidos al acusado en el momento de la detención (tres cuchillos Thomas y uno Mariscal) con los cuchilleros de la vivienda de la víctima.

Sin embargo no han podido explicar cómo el acusado arrastró el cuerpo de su víctima hasta la bañera, ya que los restos del incendio cubrieron el suelo y no dejaron analizar los restos.

Los agentes señalaron que el humo provocado en el incendio de la habitación, supuestamente para borrar las huellas, supuso un riesgo para los vecinos del inmueble.

La policía también ha descartado un comportamiento bajo el influjo de las drogas, aunque la madre del acusado ha confirmado que consumía alcohol y marihuana.

LOS HECHOS. Los hechos tuvieron lugar el 4 de octubre de 2013, cuando la víctima contrató los servicios sexuales que el acusado ofrecía a través de una página de Internet.

Según el escrito de la Fiscalía, ambos se citaron en el domicilio del farmacéutico jubilado a las 21,00 horas. Una hora más tarde se produjo una discusión a raíz del precio y el acusado, presuntamente, acuchilló a su víctima tres veces: dos en el cuello y otra en el abdomen, provocándole la muerte.

El fiscal y la acusación particular del viudo de Tomás Milia reclaman 34 años de prisión para Marius L.M. por homicidio (14 años), robo con violencia en casa habitada (4 años), hurto (un año), atentado contra la autoridad (3 años) y delito de incendio (12 años).

La acusación particular ejercida por el hermano de la víctima, el alcalde de Carballeda de Avia, reclaman 49 años de prisión. La defensa reclama la libre absolución del acusado.

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