El espacio expositivo de la vieja cárcel cobra vida desde este fin de semana con tres muestras que profundizan en el memoria histórica del edificio y la hacen dialogar con el presente, en el que el inmueble recién rehabilitado será destinado a centro cultural. La muestra central, que ahonda en la historia del centro penitenciario gracias al material conservado en distintos archivos y por los familiares de las personas que estuvieron prisioneras, se denomina O vello cárcere de Lugo. Da guerra á posguerra y ha estado coordinada por Cristina Fiaño. Su objetivo es "contribuír á recuperación da memoria histórica do espazo, á dignificación das súas vítimas durante o período da guerra á posguerra, e á reflexión sobre este antigo lugar de represión dende distintas miradas actuais".
La muestra aporta una mirada íntima sobre los presos, desde el libro de memorias de Gregorio Sanz a las notas que se intercambiaban, las cartas que escribían a sus familias o los objetos que elaboraban en el encierro. También forma parte de la exposición una celda individual de la época de la Guerra Civil, una instalación sonora y un memorial con los nombres de los presos políticos que ingresaron en la cárcel desde el alzamiento militar de 1936 hasta finales de 1940, resultado de los trabajos de investigación realizados por la historiadora María Jesús Souto Blanco.
Sus investigaciones describen una cárcel abarrotada a partir del golpe de Estado, pues llegó a albergar 900 reclusos a pesar de estar diseñada para 140. Hasta finales de 1940 se registraron más de cinco mil ingresos por motivos políticos, según Souto Blanco. La falta de espacio endureció aún más las condiciones carcelarias, agudizadas por una higiene y alimentación deficitarias, sumado a la humedad.
La exposición tiene una dirección electrónica para seguir recogiendo material. Es [email protected].
Esta muestra se completa con otras dos. Una de ellas es Dende o panóptico: cada cela unha fiestra, urge como una necesidad de repensar desde la actualidad un espacio de represión como este, tarea a la que se entregan trece artistas de reconocida trayectoria.
La tercera aportación es Vermellas (Chamábanlles rojas), montada en el módulo femenino para recuperar la memoria "das mulleres antifascistas borradas da historia". La muestra es iniciativa de los escritores Carme Blanco e Claudio Rodríguez Fer, promotores de la Asociación para a Dignificación das Vítimas do Fascismo.
Las tres exposiciones, de entrada libre, estarán abiertas hasta el 5 de noviembre. Este sábado hay visitas guiadas a las 12.00 y a las 18.30 horas y el lunes, serán a las 11.30, pero es necesario inscribirse previamente en la recepción o en el teléfono 982 297195.
Diálogo a tres con el pasado
Varias exposiciones inauguradas este viernes en la vieja cárcel profundizan en la memoria histórica del edificio rehabilitado y la traen al presente
