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"As lapas non me deixaron subir á outra casa", dice el joven que salvó la vida a una anciana de Foz

Hugo González, el hombre que salvó a una de las dos mujeres que vivían en la casa que ardió en Mañente, destaca la ayuda de todos los vecinos
Vecinos al lado de la casa que ardió en Mañente, Foz
photo_camera Vecinos al lado de la casa que ardió en Mañente, Foz

Las tragedias sacan a veces lo mejor del ser humano, como ocurrió el pasado martes en la localidad focense de Mañente, donde un devastador incendio acabó con la vida de una mujer y a punto estuvo de cobrarse otra, la de su anciana tía que residía en la casa contigua y que logró salir con vida gracias a la rápida actuación de Hugo González Eijo, un vecino que tuvo la sangre fría de adentrarse en la vivienda llena de humo y rescatarla. 

Hugo no quiere que se le trate como un héroe y prefiere no ser fotografiado, aunque su hazaña merece el reconocimiento de todo el mundo. Relata que se percató del fuego mientras comía y que, al momento, se dio cuenta de la gravedad de la situación, por lo que optó por coger el coche para llegar más rápido a casa de su vecina, aunque no es mucha la distancia que separa las viviendas.

El primer escollo fue encontrarse la puerta cerrada, que derribó de una fuerte patada. Su edad —31 años— fue una ventaja, pero sobre todo la fuerza que le salió no sabe de donde debido a la tensión del momento. "Creo que son os nervios os que che fan sacar forzas", cuenta, consciente de que sin su intervención su vecina correría un grave peligro. "Ela non se daba conta do que estaba a pasar e nin sequera me coñeceu, pero na casa xa había moito fume e incluso lle estaba ardendo o piso de arriba", recuerda el joven con precisión.

A pesar de la gravedad del momento, Hugo González trató de ayudar a la otra mujer, en cuya casa se inició el fuego, y que son contiguas. "Pasei á outra casa e rompín a porta e entrei dentro, pero as lapas non me deixaron subir", relata mientras recuerda las intensas llamas que consumían la estancia, que quedó completamente calcinada.

"A verdade é que non o pensas", asegura horas después ya consciente de lo que supuso su intervención. Una ayuda a la que se sumó la de otros vecinos, que acudieron con rapidez. "O barrio movilizouse rápido e axudou moito, a verdade", con acciones realmente muy bien pensadas, porque lo primero que hicieron fue "retirar o coche da señora que faleceu que o tiña aparcado na porta e as bombonas de butano que estaban nunha caseta fóra", cuenta.

Unas actuaciones a las que se sumaron las primeras tareas de extinción con unas mangueras que acercaron los vecinos, pero "non poidemos facer moito, porque non tiñamos con que apagalo e a verdade é que enseguida chegaron os bombeiros", relata aún con los nervios en el cuerpo, que no se le fueron durante toda la tarde del martes, consciente de que la cosa pudo ser peor. "Foi unha desgraza, pero puido ser peor, porque se chega a arder de noite e nos pilla durmindo sería moito máis dramático", asevera.

Hugo respira ahora más tranquilo sabiendo que la persona a la que salvó la vida se encuentra bien. "Levárona ao hospital de Burela porque estaba algo nerviosa, pero preguntei por ela e está ben, xunto duns familiares", cuenta este joven, natural de Xinzo y que reside en Mañente desde que se casó.

Un barrio en el que ha logrado ganarse el aprecio de los vecinos y ha sido en varias ocasiones miembro de la asociación organizadora de las fiestas de San Juan, "e aínda sigo axudando porque son amigos", cuenta con la misma naturalidad con la que narra que la vida que salvó el pasado martes es la segunda en solo dos meses, pues "tamén salvei ao meu sogro que sufríu un infarto". Esto último lo logró gracias a los cursos de primeros auxilios que realizó por motivos laborales. "A verdade é que é algo moi bo e recoméndollo a todo o mundo", asegura.

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