Francisco González: "A veces la cárcel implica además el drama de perder el trabajo"

Los abogados siguen recibiendo clientes que creen que se puede arreglar pagando una multa y no asumen que van a ir a prisión
El abogado Francisco González
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Francisco González ha tenido que defender a numerosos clientes por delitos contra la seguridad vial. El problema es cada vez llegan más personas al despacho pensando que su problema tiene una solución relativamente sencilla, sin asumir que en realidad están a un paso de la puerta de cárcel.

"Cada vez nos llegan más clientes reincidentes", comenta el abogado, "y la solución es mala. Porque en el momento que hay reincidencia y una pena privativa de libertad, según el criterio de la Audiencia de Lugo, lo normal es que no se suspenda la pena. Son penas cortas, de 3 a 6 meses, pero no te quita nadie de ir a prisión".

Tampoco es fácil entender a esos clientes que "no tiene solución. Puedes intentar una suspensión por circunstancias personales, pero no es lo habitual que la acepten".

Es difícil, sobre todo, porque los que llegan en esa situación no han acabado de interiorizar la gravedad de su conducta, no acaban de asumir, por ejemplo, que no se puede beber alcohol por mucho que siempre lo hayan hecho y consideren que eso no afecta a su conducción. Francisco González explica que "muchos de ellos solo son conscientes de la gravedad cuando les comunicas que en el procedimiento el juez tiene que decidir sobre la libertad, cuando les dices que tienen altas probabilidades de ingresar en prisión. Antes se piensan que lo van a solucionar con una multa o sin carné, pero no que van a ingresar en la cárcel".

Pero este abogado llama la atención sobre algunas consecuencias que pueden ser todavía peores que el encierro: "El otro componente es que muchas veces esas penas acarrean cosas como quedarse sin el puesto de trabajo. Y a veces los ingresos de la familia dependen de ese trabajo. Ahí toman incluso mayor conciencia de lo que han hecho que si van a prisión. O casos como alguno que pierde el trabajo y tiene que pasar una pensión a sus hijos, y si deja de hacerlo se mete en nuevos problemas".

"Y, por supuesto", incide, "si tu trabajo depende de conducir un vehículo a motor, la empresa te va a despedir, porque te quedas sin carné. Eso en muchos casos es un drama y la gente le da mucho más valor incluso que ir a prisión".

SIN REDUCCIÓN. Otro aspecto que destaca el abogado es el cumplimiento de las penas, que al ser cortas impide muchas veces obtener los beneficios de otros presos con mayores condenas: "Son penas muy cortas, de meses, que hacen complicado acceder a los beneficios de prisión, porque entran en juego la clasificación, las reuniones de la junta de tratamiento, que para obtener ciertos beneficios tengas que realizar algunos cursos... Muchas veces no da tiempo y cumplen la pena casi íntegra. Pero es por los trámites procesales y administrativos".

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