FICHA TÉCNICA

73-71. El Pazo respira aliviado tras la agonía

El Cafés Candelas Breogán se medirá con el Burgos en semifinales tras eliminar al Palma en un quinto partido que se decidió en los últimos ataques ► Bropleh fue el mejor de los celestes
Gilling, ante Serrano
photo_camera Gilling, ante Serrano

UNO DE LOS hombres destacados del partido, y de la eliminatoria, Carles Biviá avanza hacia el aro del Breogán con algo menos de treinta segundos para el final y el marcador con 73-71. Había anotado en sus acciones anteriores cinco canastas triples y volviendo la vista un poco más atrás, en el segundo encuentro de la serie anotó los tres puntos que dieron paso a la prórroga. Más que miedo había pavor en el Pazo anticipándose a lo que podría ser la resolución de la jugada. Pero el jugador, brillante y desequilibrante hasta ese momento, tomó una mala decisión, optó por un pase al bote a un pívot de 2.13 metros de estatura, Víctor Serrano, quien no dobló lo suficiente para hacerse con el balón. Un error que pudo costar el partido y por lo tanto la eliminatoria. Y más si a este fallo se une otro más general: dejar jugar toda la posesión al Cafés Candelas Breogán sin hacer una falta personal.

Dos errores, dos detalles finales que decidieron una eliminatoria. Después de cinco partidos, la resolución llegó en dos errores cometidos en los últimos treinta segundos. Esto es un play off.

En realidad, el partido de este martes fue un reflejo de lo que fue la eliminatoria. La verdad es que los dos equipos podrían haberse ahorrado los cuatro partidos anteriores porque el guion y el desarrollo del encuentro de este martes fue en todos los aspectos un calco de los anteriores.

La exigua ventaja al descanso no tranquilizaba a nadie, entre otras cosas porque se seguía sin ver a un Breogán sólido

El Palma no abandonó ni un instante, desde el segundo tiempo del primer encuentro de la serie, su defensa zonal. Y es lógico, nadie podía esperar otra cosa porque ese dispositivo táctico impidió durante toda la eliminatoria que el Breogán pudiera jugar a su nivel habitual. Y este martes se repitió la historia. El jugar al fallo del rival le salió bien a Xavi Sastre, entre otras cosas porque el Breogán, muy impaciente, muy pocas veces jugó con las ideas claras. Faltaron balones interiores, intentos de dividir la defensa rival, penetraciones... El movimiento de balón fue lento y en ocasiones impreciso. Y esta incapacidad para encontrar otras opciones hizo que el Breogán volviera a caer en la trampa, tiros y tiros de tres puntos. En el primer período el conjunto lucense ya había lanzado 19 triples, por 13 tiros de dos puntos, y aunque el porcentaje no fue malo (un 36,8%) lo cierto es que el Breogán llegó al descanso con ventaja (37-33) en gran medida gracias a los errores en los lanzamientos de dos puntos de los baleares, que en los veinte primeros minutos solo anotaron 6 canastas después de lanzar en 21 ocasiones.

La exigua ventaja al descanso no tranquilizaba a nadie, entre otras cosas porque se seguía sin ver a un Breogán sólido y con las ideas claras. Un Breogán que no podía correr y que empezaba a inquietarse ante el gran acierto rival desde la línea de tres puntos. Porque si en el primer tiempo fueron Mikel Uriz y Carles Biviá los que martillearon el aro local, en el segundo tiempo se unió Roger Fornás. No es fácil en un partido de la trascendencia del de ayer que un equipo anote 13 triples con solo 21 intentos.

Y ese acierto empequeñeció al Breogán, huérfano además de sus principales referentes ya que Matt Stainbrook, Pep Ortega y Salva Arco anotaron dos puntos cada uno. Pero surgió ya en el tercer cuarto la figura de Thomas Bropleh para mantener las esperanzas del conjunto lucense. Hizo de todo, anotó, reboteó y fue fundamental en el rebote. El estadounidense contó para el tramo final del encuentro con la colaboración de Jonathan Gilling cuya labor fue decisiva.

Ahora, espera el San Pablo Inmobiliaria de Burgos. A pensar en el primer partido, que será el viernes. A descansar y a mejorar.

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