"Si empiezas a dudar de lo que pudo haber sido eso genera un desgaste que no tiene sentido"

Juan Peón: "Una vez que dejas el banquillo es una especie de alivio"

El entrenador lucense fue el punto común del banquillo del Ángel Carro durante más de quince años. Mano derecha de Quique Setién, Fonsi Valverde, Fidalgo, Ballesta o Quique Fraga. El tiempo y la presión de un club profesional acabó por desgastarlo y se tomó un tiempo de descanso del que lo rescató el Outeiro de Rei, con el que ascendió a Preferente
Juan Peón dirige un partido con el Lugo en Segunda División
photo_camera Juan Peón dirige un partido con el Lugo en Segunda División

VOLVER AL BANQUILLO en casa tras gozar de un año sabático como terapia ante la presión y el cansancio de más de quince años al máximo nivel. Juan Peón, una institución en el CD Lugo, donde fue segundo entrenador con técnicos como Quique Setién, Fonsi Valverde, Ballesta o Fidalgo, dio un paso al lado durante un año antes de que el proyecto del Outeiro de Rei, donde reside desde hace casi dos décadas, lo sedujese. El resultado: un ascenso a Preferente para el retorno de un técnico con marca propia.

¿El Outeiro de Rei alcanzó un ascenso esperado?

El ascenso es siempre difícil en cualquier categoría y en cualquier condición. En este caso desde el principio casi siempre fuimos segundos y, en algún momento, primeros. Para ascender se tienen que dar muchas cosas. Tienes que tener suerte en los momentos puntuales y que salga todo bien durante la temporada.

¿Cuáles fueron las claves?

Tuvimos mucha fe en que se podía conseguir. También nos favoreció el hecho de que no tuvimos lesiones graves durante la temporada. Una vez que pasamos momentos complicados el grupo se unió e hicimos más piña. Creer en la forma de jugar, en la forma de trabajar y que podíamos conseguirlo fue lo que nos permitió ascender.

¿Mantuvo el estilo que desarrolló con Quique Setién?

Teníamos una forma muy clara de jugar. Durante toda la temporada intentamos, independientemente de campos y rivales jugar siempre igual. Salimos siempre a por los partidos, tratamos de ser valientes y tener el balón para jugar a través de la posesión. Siempre creímos que así podíamos conseguirlo.

¿Se puede jugar a ese fútbol en Primera Autonómica?

Se puede intentar y se puede conseguir. Lo que se debe hacer es creer mucho en esa propuesta, que los jugadores crean en lo que les propones y entrenarlo y llevarlo a cabo. Seguro que hay impedimentos, como los estados de los campos, pero la idea se puede llevar a cabo, sobre todo si se ven reforzada por los resultados.

¿Cuándo decidió aceptar la oferta del club tras un año sabático?

No tenía pensado entrenar. Ya el año pasado no lo hice y no tenía mucho interés ni me lo planteaba. Llevo 18 años viviendo en Outeiro de Rei y, quieras o no, después de reunirme con la directiva lo acepté porque me motivaba mucho el perfil de equipo que era, que es un club que trata muy bien a todos los que están ligados a el. Entre lo que sabía de la directiva, del entorno, de los jugadores y el vivir aquí fue lo que me animó.

¿No le apetecía entrenar después de salir del Lugo?

Que va. El año pasado me hacía mucha falta descansar. Entre el Lugo y los otros clubes anteriores llevaba más de quince años sin parar y me vino muy bien desconectar, hacer otras cosas y apartarme un poco del banquillo. El fútbol está muy bien, pero también quema mucho. No tenía pensado volver a entrenar pero coincidió así.

¿Fue necesario limpiar la cabeza para reactivarse?

Una vez que lo dejas es una especie de alivio. Cuando acabé seguí viendo el fútbol, pero sin ser un obseso. Cuando tengo mi propio equipo tengo que ver partidos, pero no soy de los que se tiran siete horas al día viendo fútbol. Puedo ver algún partido que me interese. Si lo tengo que hacer lo haré, pero puedo hacer otras cosas.

¿Seguirá la próxima campaña?

Cuando acabe la Copa nos sentaremos, hablaremos y decidiremos que haremos. La idea es, si seguimos, intentar que sea una cosa ilusionante, hacer las cosas muy bien para que salgan regular.

¿Hay muchas diferencias entre entrenar el fútbol profesional y el aficionado?

Las principales diferencias son a nivel de infraestructuras y de recursos humanos. En un equipo profesional siempre vas a saber con la gente con la que cuentas para hacer cualquier tarea. Si te faltan jugadores puedes coger a un jugador del juvenil o del filial, hay medios, instalaciones, entrenadores ayudantes... Todo es más sencillo para trabajar. En un equipo amateur dependes mucho de los jugadores, que no sean baja por estudios, por trabajo o por lesión. Luego, a nivel de plantilla, es parecido. El futbolista lo es en cualquier categoría.

¿Los egos se gestionan igual?

Sí. En el fútbol profesional, al vivir de eso, el jugador tiene que aguantar y seguir. En el fútbol amateur, al no cobrar, si hay un momento de mucha tensión se puede abandonar. Es más difícil tener a toda la gente comprometida. La motivación tiene que ir por otro lado. Se trata de tener un buen grupo y de que vayan todos a la misma. En el fútbol amateur convencer es importantísimo.

¿Le han influído todos los técnicos con los que ha trabajado?

En los momentos en los que piensas en que las cosas se complican hay momentos en que te vienen a la cabeza la forma en que los entrenadores con los que estuviste la resolvieron. Si entiendes que esa resolución fue buena y dio con la clave tiras de los recuerdos e intentas repetirlos. Otras veces metes cosas que hayas podido ver o interpretar. Entre lo que hayas visto, aprendido y lo que hayas aportado configuras a la persona. Este año también aprendí de todo mi equipo.

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