La tromba de agua evidencia deficiencias de calles y edificios de Lugo

La ciudad y el Hula volvieron a la normalidad tras la tormenta del lunes, que también afectó a alguna construcción privada. El gobierno local atribuye lo sucedido a una situación "excepcional", pero anuncia una mayor supervisión de canalizaciones y puntos críticos
As Fontiñas, el viernes
photo_camera As Fontiñas, el viernes

La tromba de agua que cayó en Lugo el lunes por la tarde puso de manifiesto algunas debilidades que existen tanto en calles como en edificios públicos, aunque ayer en ambos casos se había recuperado la normalidad y las administraciones atribuían lo sucedido a la "excepcional" cantidad de lluvia caída en tan poco tiempo. Con todo, desde el gobierno local se anunciaron algunas acciones para evaluar mejor el estado de la red.

En puntos concretos de las avenidas de A Coruña y Fontiñas, las inundaciones se suceden desde hace mucho tiempo cuando llueve de tromba y las obras realizadas en los últimos años no sirvieron para aliviar la situación, según constatan tanto vecinos como los bomberos. Sin embargo, desde la concejalía de infraestructuras se sostiene que los tubos y sistemas introducidos en esos lugares cumplen con los parámetros (diámetro, por ejemplo) que marca la legislación según los condicionantes de cada lugar, como pueden ser las pendientes. Los técnicos municipales defienden que la red está bien dimensionada para el comportamiento habitual de las precipitaciones en Lugo e incluso para situaciones excepcionales, aunque no tanto como la de esta semana, como se vio. Para dar cabida al agua que cayó el lunes harían falta tuberías de cuatro metros de diámetro, dicen, pero al margen del coste que tendría el redimensionamiento de la red en esos puntos, fuera de esas situaciones excepcionales de lluvia, la red daría más problemas, como olores y atascos, y el trabajo de mantenimiento sería mucho mayor, alegan.

Hula. La estructura exterior aguantó y la entrada de agua fue porque las arquetas no fueron capaces de absorber, dice el centro Concello 


El concejal de infraestructuras, Manuel Núñez, cree que trombas como la última prueban que "o cambio climático está aí. 14 litros por metro cadrado nunha hora, que é como se mide, é moito volume, porque hai que ter en conta que non choveu de forma homoxénea durante a hora, senón que se concentrou nuns minutos", explica. A eso añade que las zonas de vaguada donde confluyen varias pendientes, como es el caso de los puntos afectados son, lógicamente, las que más sufren. Asimismo, el concejal explica que cuando llueve de forma tormentosa, como sucedió varias veces en la última semana, se producen arrastres de tierra y gravilla que, al no llover seguido, a veces se quedan en las tuberías y se secan, formando obstrucciones.

El mal uso que algunos ciudadanos hacen de las redes también contribuye a que se produzcan problemas. "Dá que pensar o que algunha xente bota polas canalizacións. Nas obras de saneamento que fixemos nas avenidas de Breogán e Américas atopamos de todo, dende roupa interior a xerseis enteiros", asegura Núñez.

Con todo, el concejal anunció que el personal de la empresa Urbaser va a hacer una revisión más exhaustiva en los puntos que generalmente resultan más afectados. Con todo, precisó que el trabajo que el Concello puede llevar a cabo actualmente están muy condicionados tanto por los recursos propios como de Urbaser. Por esta razón, el pliego de condiciones que prepara la administración para sacar a concurso la gestión de la depuradora de aguas residuales incluye un sistema de visualización de las canalizaciones mediante cámara, tanto para hacer revisiones de forma periódica como a la hora de recibir una obra de saneamiento, para comprobar que no queda ningún material en los tubos que los obstruya. "Tan importante como o diámetro dos tubos é ter unha rede visualizada e desatascada", afirma Núñez.

Concello. En As Fontiñas los tubos necesitarían cuatro metros de diámetro para canalizar todo el agua que cayó el lunes, dicen los técnicos


Sobre la propuesta del BNG para crear un sistema de desalojo de aguas de Fontiñas hacia el Rato, "como aliviadeiros canalizados cara o río", el concejal indicó que ya hay un aliviadero en la zona.

Otro lugar que vivió momentos complicados el lunes fue el Hula, donde se acumularon grandes cantidades de agua en las plantas cero, primera y segunda. En esas zonas están los quirófanos y servicios como Radioterapia y Urgencias, aunque ninguno vio comprometida su actividad porque el agua solo llegó a despachos y vestuarios, según aseguró el gerente del centro, Ramón Ares. Este explicó que los técnicos comprobaron que el problema no se debió a defectos estructurales o de mantenimiento del edificio, sino a la gran cantidad de agua que cayó en tan poco tiempo. El anegamiento se debió a que las arquetas no pudieron desaguar tanto líquido y a que los tapones de seguridad que tienen las tuberías para cuando estas reciben mucha presión saltaron, como está previsto, para que el agua saliese. Ares aseguró que las arquetas se limpian dos veces a la semana. Indicó, asimismo, que fueron revisadas la estructura exterior del edificio y las cubiertas y se comprobó que no sufrieron daños y que aguantaron bien la gran acumulación de agua que se produjo sobre ellas. El gerente recordó que, en siete años, nunca hubo ningún problema.

Desde la junta de personal del hospital se cuestionan las características de algunos elementos, como las arquetas, mientras que miembros del BNG se entrevistaron ayer con trabajadores del centro para conocer la situación de primera mano, sobre la que preguntarán en el Parlamento.