Un griego trata de demostrar sin éxito que no está muerto desde 2003

Un funcionario lo confundió con un finado que tenía su mismo nombre y apellidos
Yannis Diamantís
photo_camera Yannis Diamantís

Tras 14 años de lucha contra la burocracia griega Yannis Diamantís y su mujer decidieron dar el paso de contar su historia a los medios de comunicación, pues tras casi tres lustros no han conseguido que Grecia reconozca que el hombre sigue vivo.

Todo se remonta a 2003, cuando Diamantis decidió acercarse al registro civil de su distrito, Egáleo, en el noroeste de Atenas, para votar en las siguientes elecciones legislativas. Entonces el Pasok (Partido Socialista) estaba en el poder, de la mano del primer ministro Kostas Simitis, y la tasa de paro era de apenas el 8%.

Diamantís recibió del funcionario la noticia de que no estaba inscrito en el registro electoral, aunque su sorpresa fue el porqué: había sido borrado al haber sido comunicado su fallecimiento.

El error del funcionario se debió a que otro hombre, con el mismo nombre y apellidos, y nombre de padre y madre idénticos, había fallecido en el hospital del Pireo poco antes; solo la fecha de nacimiento era distinta, algo que se le pasó por alto. Tras constatar el error el hombre se dirigió al registro central de Atenas, donde un abogado le recomendó que apelara a la Justicia. Esto tampoco dio resultado, ya que los jueces rechazaron su petición arguyendo que debía ser el finado -o mejor dicho, sus familiares-, y no él mismo, el que pusiera el recurso.

Desesperada, la pareja contaba en la cadena privada ANT1 que los funcionarios llegaron a preguntarle a la mujer: "¿Está usted segura de que su marido sigue vivo?".

Los problemas para Diamantís se han acumulado estos años, en los que ha gastado miles de euros en abogados. Al no poder aceptar a tiempo la herencia de su padre, fallecido en 2015, Diamantís recibirá además una multa por el retraso cuando todo se solucione.

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