La reforma de la nueva sede de la Uned inicia su última fase para abrir ya

La Diputación dedica 215.000 euros al párking y las zonas verdes y ha pedido ya al Concello de Lugo la licencia de primera utilización
Inicio de los trabajos en la zona exterior del antiguo hotel MIño
photo_camera Inicio de los trabajos en la zona exterior del antiguo hotel MIño

Las últimas obras de acondicionamiento de la futura sede de la Uned, en el antiguo hotel Miño, arrancaron este martes. La Diputación inició el proceso de acondicionamiento del aparcamiento y las zonas ajardinadas, un proyecto presupuestado en 215.000 euros.

Los trabajos se han retrasado casi un año. El organismo provincial adjudicó las obras a finales de agosto de 2016, pero hubo que esperar a marzo de 2017 a que llegara el permiso de la Confederación Hidrográfica y luego hubo que tramitar el permiso municipal, detalló este martes el organismo provincial.

La previsión es que las obras acaben en el plazo de dos meses y la Diputación avanzó que ha pedido ya la licencia de primera utilización, con el objetivo de que la nueva sede de la Uned pueda entrar en funcionamiento el próximo curso. Ese último permiso, que debe conceder el Ayuntamiento, no se podrá conseguir hasta que todos los trabajos estén concluidos.

De momento, la Uned continúa funcionando en la antigua sede de la Cámara de Comercio en Augas Férreas, si bien el edificio ni siquiera pertenece ya a esa entidad, tras ser subastado.

La Diputación ha invertido dos millones de euros en el acondicionamiento del antiguo hotel Miño como nueva sede de la Uned en la capital.

El edificio tuvo que ser reformado de forma integral.

AGUA EN LA GUARDERÍA. En tanto, los Bomberos acudieron este martes a la guardería municipal Gregorio Sanz y estuvieron regando la estructura, con el objetivo de enfriarla.

La actuación tuvo lugar después de que el pasado lunes se alcanzaran en el edificio temperaturas de hasta 30 grados en la sala en la que permanecen los bebés de entre tres meses y un año. La temperatura extrema obligó a las cuidadoras a sacar a los niños al patio, ya que la elevada temperatura suponía un riesgo para los más pequeños. Niños y ancianos son, de hecho, los más sensibles a las olas de calor y por eso se recomienda especial protección. La situación provocó la alarma entre las familias de los pequeños.

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