Fue por casualidad. En la mañana del jueves la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS) soltó por primera vez agua por el regadío Val de Lemos, lo que propició que un hombre de unos 40 años de edad que llevaba un mes muerto en el canal a la altura de la zona de As Barrioncas de Monforte, según las fuentes consultadas, fuese arrastrado por el caudal, saliese a flote y fuese visto por los operarios del organismo de cuenca.
Los restos del hombre estaban esqueletizados, de ahí la idea de que, como mínimo, falleciese hace cuatro semanas. El cuerpo acabó atrapado en una reja de una de las compuertas del sistema de riego, momento en el que los trabajadores de la CHMS avisaron a los servicios de emergencias de la Xunta, el 112, que a su vez alertó a las policías Nacional y Local y a los bomberos del cuerpo comarcal para que procediesen a la recuperación de los restos.
Las fuentes consultadas señalaron que se trata de un suceso «muy raro», toda vez que es difícil de explicar cómo acabó el cuerpo de este hombre en el fondo del canal cuando estaba seco o qué hacía la persona fallecida en un entorno poco transitado, en el que hay un puñado de viviendas unifamiliares pegadas al regadío en la zona conocida como As Barrioncas, cerca ya de la parroquia de Ribasaltas.
Los investigadores esperan que la autopsia desvele las causas de la muerte, que en un primer momento no se pudieron precisar
Será la autopsia la que determine las causas de la muerte. Hasta dentro de unos días no se sabrá si fueron naturales o provocadas.
LA VÍCTORIA. Las primeras investigaciones apuntan a que el fallecido es un vecino de Ourense de poco más de 40 años de edad muy vinculado a la ciudad del Cabe con numerosos antecedentes policiales por delitos de diversa índole.
Las fuentes consultadas señalaron que se trata de aquel conductor de un vehículo robado hace poco más de un año en Monforte que en Ourense había intentado eludir un control de la Policía Local con el resultado de un agente herido y el automóvil que manejaba empotrado en una glorieta.
Este siniestro había sido profusamente comentado por su espectacularidad, pero también por la existencia en internet de vídeos grabados con teléfonos móviles de vecinos que en ese momento paseaban por la Avenida Ribeira Sacra de la ciudad de As Burgas, donde había tenido lugar el accidente, en los que se veía cómo el ahora fallecido y su acompañante, una mujer, se resistían a ser detenidos.
