Un edificio en ruinas se derrumbó este miércoles por la mañana en la confluencia de las calles Camiño Real y Xulia Minguillón. El desploome se produjo sobre las 10.00 horas y, por fortuna, no hubo que lamentar daños personales.
El desprendimiento del interior del inmueble causó alarma entre los vecinos de la zona, ya que provocó un ruido enorme y una gran polvareda.
En pocos minutos llegaron hasta el lugar dos unidades de la Policía Local y otra de los bomberos. Los agentes se apresuraron a acordonar la zona para evitar que algún viandante pudiese ser dañado por otro posible desprendimiento. En concreto, cortaron Camiño Real a la altura de la rúa do Prado y Xulia Minguillón hasta el cruce con Yáñez Rebolo.
El suceso causó un gran revuelo entre los vecinos, que se agolparon en las proximidades del edificio, en estado ruinoso desde hace años.
SERÁ DEMOLIDO. El Concello anunció este miércoles que el arquitecto municipal, tras valorar el estado en el que quedó el edificio tras el desplome del interior, decidió declararlo en ruina técnica, una decisión que le será comunicada a los propietarios, quienes tendrán un plazo de dos meses para presentar un proyecto de demolición. De no hacerlo en este tiempo, será la administración local la que asuma de forma subsidiaria estos trabajos, de tal forma que se le sería encargado a la empresa municipal Evislusa la redacción del proyecto de derribo.
De hecho, el portavoz del gobierno local, Miguel Fernández, recordó este miércoles que sobre el edificio afectado por el derrumbe ya pesaba una "orden subsidiaria de rehabilitación" a causa del grave estado de deterioro en el que se encontraba.
"Lo cierto es que no pensé en que el ruido pudiera ser el edificio al caerse ya que nunca reparé en su situación"
Además, confirmó que el Concello ya había tramitado ocho sanciones por un importe total de 32.000 euros desde 2006, año en el que comenzaron a remitírsele a la propiedad órdenes de ejecución de obras de mantenimiento. Además, recordó que en su día el Concello decidió adoptar medidas de precaución para evitar riesgos.
En concreto, dijo, el gobierno local ordenó la colocación de una red en la fachada y de un sistema "antidesprendimientos" para evitar que, en caso de derrumbe, pudiesen caer escombros sobre la vía pública. En este caso, el derrumbamiento se produjo hacia el interior del edificio, por lo que no hubo que lamentar más daños que los sufridos por la propia estructura del inmueble, según explicó Fernández.
GRAN SUSTO. "Venía de llevar un café y escuché un ruido muy fuerte, pero no sabía qué pasaba". Así comentaba lo sucedido Yolanda, después de salvarse del derrumbe de milagro. Esta empleada del bar Oselle, situado frente al edifico, caminaba por la acera, pegada al inmueble, cuando se vino abajo. "Lo cierto es que ni pensé que pudiera ser el edificio porque nunca reparé en su situación", dijo.
En el barrio aseguran que veían venir este desenlace. "Cuando llegué a trabajar ya se había caído, pero el susto era tremendo en el barrio", relataba Faysal, empleado de un locutorio contiguo al edificio.
Los vecinos dicen que las molestias generadas por el inmueble son enormes. Hablan de ratas y gatos entrando y saliendo, malos olores y goteras que parecen cataratas los días de lluvia intensa.
Incluso aseguraron que el interior de este inmueble llegó a emplearse como basurero, ya que en él llegaron a acumularse un gran número de desperdicios dejados allí por viandantes y vecinos.
Un sin fin de problemas que ahora deberísn solucionados con la demolición definitiva del edificio.
