Críticos contra oficialistas

En Marea prende la mecha

El pulso que mantienen los aliados y los enemigos de Luís Villares amenaza con desvirtuar el plenario de este sábado al prevalecer las disputas orgánicas sobre el debate político de fondo
Luis Villares y Xulio Ferreiro
photo_camera Luis Villares y Xulio Ferreiro

"O día 15 de xullo hai plenario de En Marea. Non debe ser o escenario dun combate por postos dunha presunta dirección". Esta frase de Antón Dobao, dirigente de Anova, capta la idea de lo que, al menos sobre el papel, tiene que ser el encuentro del partido instrumental este fin de semana en Santiago. Sin embargo, la dinámica del partido desde la constitución de la nueva dirección en abril amenaza con convertir la cita en un pulso entre defensores y detractores del portavoz, Luís Villares, para quien el plenario se ha convertido en algo así como una moción de confianza. Y en este contexto, el debate político de fondo quedará eclipsado.

En Marea llega a este encuentro convertido en un polvorín en el que la mecha no solo está prendida sino que parece tener más gente avivándola que intentando apagarla. Porque los críticos ya avanzaron que presentarán batalla para "cambiar o rumbo" que tomó En Marea con Villares al frente. La única incógnita hoy es saber el alcance que tendrá su ofensiva, que puede quedarse en un fracaso por falta de apoyos, en un simple escarmiento al lucense o en una auténtica revolución orgánica en la dirección del partido.

De todas formas, el principal protagonista del plenario, Luís Villares, quiso quitar este miércoles tensión al asunto. "Hai partidos que non teñen debate político interno e non teñen que facer plenarios; nós si. Imos a confrontar ideas que moitas veces acaban sendo complementarias", justificó.

Aunque ambos bandos coinciden en muchos aspectos, tienen visiones muy diferentes en otros. Los principales puntos de fricción tienen que ver con el rumbo de En Marea, el dinero, la relación con las mareas municipales y los puestos de la dirección.

La filosofía política
El sector crítico, agrupado bajo el lema 'Recuperar En Marea', lleva una enmienda en contra de la "moderación do discurso" y de convertir la formación rupturista en "un partido clásico". "En Marea só se pode entender como un suxeito en rebeldía permanente" no homologable a otras fuerzas.

El sector oficialista no aprecia esa deriva hacia la moderación o los partidos clásicos que denuncian los críticos. Es más, defienden los resultados y los pasos dados hasta el momento y quieren construir un partido rupturista como "alternativa política das maiorías sociais", al tiempo que apuestan por una gran alianza de todas las fuerzas de izquierdas, nacionalistas o no.

El diseño orgánico
No es el punto más importante del plenario ni mucho menos, pero sin duda será el más mediático. Luís Villares es el actual portavoz parlamentario y orgánico de En Marea, una acumulación de poder que los críticos entienden que rompe con la filosofía original del partido. Por eso, reivindicarán de nuevo volver a una portavocía coral, rotatoria y paritaria, de la que formen parte dos mujeres y un hombre que se turnen cada seis meses. De esa forma, Villares acabaría su labor representativa en noviembre, ya que asumió este rol el pasado mes de abril.

Frente a esta idea, el sector oficial apostará por mantener la figura única en una fase en la que todavía es necesario afianzar socialmente el proyecto, de forma que no sería muy positivo variar los referentes de la gente. También insistirán en la integración de los críticos en la actual coordinadora, a la que no se quisieron sumar en el plenario de abril.

La carta financiera
En cuestión de dinero, hay dos posturas claramente diferenciadas. Los oficialistas quieren introducir la posibilidad de compensar a quienes pierdan dinero como consecuencia de su entrada en política, extremo que rechazan los críticos, que sin embargo abren la puerta a recuperar la figura de los liberados: es decir, que pueda haber cargos orgánicos a sueldo. "Aí haberá debate porque estamos en contra de recuperar esa figura", advierte Luís Villares, que teme que pueda alentar rencillas entre partidos por colocar a los suyos, una filosofía incoherente con un proyecto donde las siglas deben sacrificarse en favor de En Marea.

Relación con las mareas
La forma de relacionarse con las mareas municipales y fuerzas del cambio también genera fricción. El sector de Villares aboga por regularla de alguna manera a través de un protocolo marco, mientras que los críticos reivindican la independencia "absoluta" de los entes locales."Terán a iniciativa na súa relación con En Marea".

Y no será menos polémica la relación de En Marea con la coalición homónima que opera a nivel estatal en el Congreso, en manos de los críticos, ya que de arranque se niega a rendir cuentas en el plenario del sábado, como se había acordado, en una especie de acto de rebeldía. Sí lo harán en cambio el grupo parlamentario gallego y el Consello das Mareas.

El papel de Beiras 
Xosé Manuel Beiras es un punto de fricción en sí mismo ya que todos se disputan su apoyo. Esta semana avaló una de las tesis políticas que llevan los críticos al plenario, lo que se interpretó como un posicionamiento contra Villares, uno de sus 'hijos' políticos, e incluso como una traición. El propio lucense hizo este jueves otra lectura y afirmó sentirse "absolutamente" respaldado por Beiras en lo personal, limitando su apoyo a un texto de tipo político, no orgánico. Algunos alcaldes del cambio se sumaron el jueves a la tesis de Beiras

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