El gobierno local tiene encima de la mesa los expedientes finalizados de nueve casas de Lugo que están en ruinas. A los propietarios de siete, que están en Camiño Real y el barrio Feixoo, entre otras zonas de la ciudad, les ordenará demolerlas.
Los dueños de los dos inmuebles restantes, que se encuentran en la Rúa Nova, tendrán que acometer obras de rehabilitación, debido a que no pueden ser derribados porque cuentan con protección al estar catalogados en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM).
El Concello tiene en ejecución los expedientes de otros 58 edificios de la capital lucense que presentan "distintos graos de deterioro". Desde el gobierno local se asegura que "a maioría están sinalizados con vallas de protección".
El Concello tiene en ejecución los expedientes de otros 58 edificios que presentan "distintos graos de deterioro"
Estos son los datos que facilitó el concejal de desarrollo sostenible, Daniel Piñeiro, durante la comisión de esta área que se celebró este viernes.
Respondía así a la batería de preguntas formulada por el grupo municipal de Lugonovo, que demanda la creación de un registro de solares en ruinas.
Este registro es obligatorio para las ciudades con más de 50.000 habitantes, según indica Lugonovo que establece la Lei do Solo, pero el Concello no lo aplicará por ahora por "falta de persoal", por lo que adaptará el de órdenes de ejecución de que dispone para cumplir la normativa.
DESDE ANTAÑO. Uno de esos inmuebles ruinosos, sito en la Rúa Nova, lleva 36 años con el expediente abierto en dependencias municipales. Lugonovo volvió a denunciar que "hai ducias de vivendas na cidade que resisten dende os anos 90 nun pésimo estado de conservación ante a pasividade institucional".
En esa comisión el edil con competencias en urbanismo indicó que las dos casas abandonadas de la capital lucense que sufren un mayor deterioro son la de la Rúa Xulia Minguillón, esquina con Camiño Real, en la que el Concello inició por su cuenta las obras de demolición después de que el pasado día 5 se viniese abajo su cubierta, y la del número 48 de la Ronda da Muralla, a la altura del cruce con Nicomedes Pastor Díaz.
Ambos inmuebles acumulaban en los últimos años -en algún caso desde hace más de una década- ocho sanciones coercitivas cada uno, que suman en total 32.000 y 35.000 euros, respectivamente.
