Los propietarios del Pazo de Pumares, que quedó completamente arrasado tras el virulento incendio del viernes, piden que se abra una investigación para determinar cuáles fueron las causas que originaron las llamas.
"El día anterior estuve allí y no había nada. Y apenas una hora y media antes, el vecino y un jardinero tampoco vieron nada. Ni siquiera percibieron olor", dice la dueña de la parte del pazo del siglo XVI en el que comenzó el incendio, que no se explica cómo pudo propagarse tan rápido y con tanta intensidad. "Hay algo intrigante", dice.
Una de las propietarias agradece las muestras de cariño por parte de la corporación y de los vecinos de la zona
"Pienso en que pudo ser un cortocircuito, pero no soy técnico. Además, mi cabeza está dando muchas vueltas y recuerdo que hace un año y medio entraron a robar", analiza, buscando una explicación razonable a un suceso que ha provocado una gran consternación en toda la familia.
"Cuantificar las pérdidas es imposible, pero más que lo material, lo que de verdad duele es la parte sentimental", añade una mujer destrozada, que pese a todo lo que tendrá que hacer frente ahora, reconoce que lo único importante "es que nadie se lastimó".
Las llamas arrasaron por completo el inmueble, donde los bomberos sólo pudieron esperar a que se viniese todo abajo para actuar y no ponerse en peligro. "En mi caso no se salvó nada. Había cosas antiguas, muy bonitas, recuerdos de mis abuelos", cuenta esta mujer, que asegura que aunque allí no vivía nadie, ella acudía al menos dos veces por semana.
"Y lo seguiré haciendo, aunque ya no sé para qué", dice con tristeza, mientras agradece las muestras de cariño por parte del regidor, Armando Castosa, y del edil de medio rural, Álvaro Puente, así como de los vecinos de la zona.
"Estamos agradecidos por las buenas palabras, aunque ahora mismo no nos den mucho consuelo", añade, mientras espera que los especialistas de la Guardia Civil logren determinar qué fue lo que provocó el incendio.
Y eso es en lo único que piensa ahora mismo. "No sé qué vamos a hacer después. De momento no me planteo nada por mi madre, que con 83 años no quiere comer y no para de llorar", dice, haciendo hincapié en que una vez que se resuelva "habrá que esperar a ver cómo actúan los seguros".
Este aparatoso incendio ha supuesto una pérdida importantísima a nivel personal para sus dueños, pero también patrimonial, ya que se trata de una de las viviendas más antiguas del municipio de Cospeito.
